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lunes, 15 de mayo de 2017

Así es como se vería un agujero negro cerca de la Tierra.

Astrónomos detectan un agujero negro supermasivo «fuera de control».

Pesa 160 millones de masas solares y salió disparado del centro de una galaxia hacia el espacio.

black-hole



El Universo está repleto de sorpresas. Hay planetas que son expulsados de sus Sistemas Solares por la gravedad de otros cuerpos, como si fueran simples cometas, y vagan en soledad por la oscuridad del espacio. En las afueras de las galaxias, hay estrellas solitarias expulsadas que viajan hacia el «vacío». Y no solo eso. Algo mucho más grande y misterioso, que suele estar en el centro de las galaxias o sujeto a su gravedad, también puede errar en solitario: se trata de los agujeros negros. Estos objetos pueden fusionarse y sufrir violentas transformaciones que los hacen «saltar» hacia el el espacio intergaláctico: entonces, se convierten en agujeros negros errantes (no es por asustar, pero no es imposible que uno de ellos fuera disparado hacia el Sistema Solar, aunque sí extremadamente improbable).

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El observatorio Chandra de rayos X, de la NASA, ha fijado sus sensores en el que parece ser un vagabundo enorme: un agujero negro supermasivo de 160 millones de masas solares. Se encuentra, de momento, en una galaxia elíptica situada a 3.900 millones de años luz de la Tierra, en la Osa Mayor. Estas observaciones han sido publicadas recientemente en arXiv y serán publicadas en The Astrophysical Journal.

Esta oscura acumulación de masa pudo ser exiliada cuando dos agujeros negros se fusionaron, y emitieron un violento «grito» en forma de ondas gravitacionales. El proceso de unión, todo un misterio para la ciencia, cambió el estado del agujero. Le hizo más pesado y le hizo moverse en una dirección concreta, como si hubiera sido disparado por un enorme muelle. De hecho, la potencia del muelle depende de una de las pocas propiedades que definen los agujeros negros: el giro.




Al comienzo, los astrónomos observaron con el Chandra una potente fuente de rayos X , que llevaba la firma de los agujeros negros supermasivos que están en crecimiento —lo que quiere decir que están engullendo gas de su entorno—. Con el vetusto telescopio Hubble, observaron dos puntos en ese mismo lugar. Concluyeron que esos puntos podían estar mostrando dos cosas distintas: o bien un par de agujeros negros supermasivos, o bien a un agujero negro vagabundo. Las imágenes del Hubble, en azul, muestran, efectivamente, dos puntos luminosos. Uno más nítido y otro más difuso.

Uno de ellos está en el centro de la galaxia, y el otro 3.000 años luz más allá. El que se ve arriba, es una potente fuente de rayos X, tal como ha mostrado el Chandra, y según datos obtenidos por varios telescopios (el Keck, en Hawái, y el «Sloan Digital Sky Survey»), parece tener una velocidad distinta a la de la galaxia. Por eso, los astrónomos sospechan que se trata de un agujero negro supermasivo errante que se está alejando de las estrellas del centro de la galaxia.

fuente/MysteryPlanet.com.ar

jueves, 23 de marzo de 2017

Cuando se enfría el Helio Líquido su comportamiento recuerda a un Agujero Negro o una Puerta Estelar.

Los agujeros negros han demostrado ser un área difícil de la investigación para los científicos, pero ellos creen que han hecho un gran avance por la elaboración de las fuerzas involucradas en helio superfluido. helio superfluido es un líquido sin fricción, por lo que permite a los científicos para llevar a cabo experimentos que se pueden comparar a los agujeros negros. Si es correcto, esto podría ayudar a generar finalmente una respuesta concreta a las preguntas acerca de la teoría cuántica que han existido en la física durante tanto tiempo. 

La teoría, llamada ley de entrelazamiento zona, se aplica tanto a los agujeros negros y el helio, y científicos como Adrian Del Maestro, de la Universidad de Vermont, creen que finalmente están ganando una buena comprensión. El principio de la entropía significa que el tiempo no puede viajar hacia atrás y muchos creen que desde el big bang, esto ha estado al frente de la humanidad hacia otro evento desastroso. 


Stephen Hawking en los años 70 fue capaz de identificar el comportamiento de los agujeros negros que es el más conocido en la cultura popular, que el material que pasa muy cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro será succionado, la información que se añade a la negro agujero en forma de entropía . La solución helio súper fluido que se ha utilizado en los experimentos es una maravilla en sí mismo, hecho de helio que está a sólo dos grados más alta que el cero absoluto. Esto lo convierte en un gas sin viscosidad, si empieza a girar, entonces se esperará para siempre, ya que la fricción no puede ralentizarlo.

superordenadores se utilizan para simular la forma en que los átomos del helio cambian a medida que alcanza la temperatura extremadamente baja. Esto se cree que es una buena comparación de lo que sucedería con los átomos de un objeto si se aspira en un agujero negro. Estos hallazgos pueden desafiar algunas de las teorías fundamentales de la física, tales como la gravedad, que se basan en cantidades conocidas.





lunes, 21 de marzo de 2016

IMPOSIBLE ACONTECIMIENTO CÓSMICO: TELESCOPIO CAPTÓ OBJETO SALIENDO DEL AGUJERO NEGRO.

El telescopio NuSTAR Swift captó el momento en el que un estallido de rayos x fue liberado por un agujero negro supermasivo, evento que provocó un gran resplandor.

Fue considerado como el ‘imposible acontecimiento cósmico’, un telescopio de la [NASA] capturó el momento en que un objeto es expulsado de un agujero negro supermasivo.

El conjunto de telescopios espectroscópicos nucleares [NuSTAR], de la [NASA], casi por milagro, logró avistar el preciso momento en que la corona de un agujero negro era expulsada desde el agujero súper masivo Markarian 335. Inmediatamente después, un masivo pulso de energía de rayos X fue vomitado desde sus entrañas.

¿Qué es exactamente lo que pasó? Eso es lo que están tratando de explicarse los científicos. “Por primera vez hemos sido capaces de vincular el lanzamiento de una corona de fuego con un efecto del tipo bengala”, explica -[Dan Wilkins], de la Universidad de Saint Mary. “Esto nos permitirá comprender cómo los agujeros súper masivos alimentan algunos de los objetos más brillantes del universo”.

Según el investigador -Fiona Harrison, del [NuSTAR], la naturaleza de la fuente energética es un completo misterio, aunque sostuvo que la posibilidad de registrar este evento debería permitir obtener algunas pistas sobre el tamaño y la estructura del agujero negro, así como cierta información acerca del papel que los agujeros negros tienen en el universo.

No es un caso aislado, aunque si muy extraño. Anteriormente Astrónomos habrían descubierto con el telescopio Hubble, una colisión de chorros de alta velocidad de materia expulsada en el interior de un agujero negro. Este descubrimiento fue realizado mientras se montaba una secuencia de imágenes de un chorro de plasma saliendo de un agujero negro supermasivo en el interior de una galaxia situada a 260 millones de años luz de la Tierra. 

El hallazgo ofrece nuevas perspectivas sobre el comportamiento de estos chorros en forma de ‘espada láser’ tan llenos de energía que parecen alejarse del agujero negro a velocidades varias veces la velocidad de la luz. Este movimiento “superlumínico” es una ilusión óptica debido a que fue captado desde nuestra línea de visión y a velocidades muy rápidas. Tales chorros extragalácticos no se conocen bien. Aparecen para transportar plasma energético en un haz confinado desde el núcleo activo de la galaxia anfitriona. 

El nuevo análisis sugiere que los choques producidos por las colisiones dentro del chorro aceleran aún más las partículas y alumbran las regiones de material en colisión.




El vídeo del chorro fue ensamblado con dos décadas de imágenes del Hubble de la galaxia elíptica vistos en luz visible. El chorro fue descubierto en luz óptica por el [Hubble en 1992. NGC 3862] se encuentra en un rico cúmulo de galaxias conocido como Abell 1367, que se encuentra en la constelación de Leo.

El chorro de [NGC 3862] tiene una estructura de nudos brillantes de material a modo de collar de perlas. Aprovechando la aguda resolución del Hubble y la estabilidad óptica de largo plazo, Eileen Meyer del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial [STScI] en Baltimore, Maryland, montó un vídeo con los datos de archivo para comprender mejor los movimientos de chorro. Meyer se sorprendió al ver un nudo con una velocidad aparente de siete veces la velocidad de la luz alcanzando a otro nudo superlumínico más lento.





La colisión resultante causó una fusión de ambas con una iluminación significativa. “Algo como esto nunca se ha visto antes en un chorro extragaláctico”, dijo Meyer. Mientras los nudos sigan fusionándose brillarán más en las próximas décadas. [“Esto nos da una muy rara oportunidad de ver cómo la energía de la colisión se disipa en radiación”]. 

No es raro ver los nudos de material en forma de chorros expulsados de objetos gravitacionalmente compactos, pero es raro que los movimientos sean observados con telescopios ópticos, y tan lejos del agujero negro, a miles de años luz de distancia. Además de los agujeros negros, las estrellas de nueva formación expulsan serpentinas de gas que tienen una estructura de nudos. Una teoría es que el material que cae sobre el objeto central es sobrecalentado y expulsado a lo largo del eje de rotación del objeto.

fuente/despertadmundo.info/

lunes, 19 de octubre de 2015

Agujeros de Gusano: Los puentes de Einstein-Rosen. Viajando hacia las estrellas.

Poco a poco la ciencia avanza en la aceptación de que los portales estelares estén conectados por una red neuronal completa que funciona como si fuera una intricada red intergaláctica de líneas de transporte. Los atajos espacio-tiempo que ya formulara el físico Albert Einstein.

En esta ocasión ofrecemos un interesante documental sobre los agujeros de gusano y su capacidad de curvar el espacio-tiempo.



fuente/StarViewerTeam 2015

sábado, 22 de agosto de 2015

AGUJEROS DE GUSANO. Crean un 'agujero de gusano' que hace invisible el campo magnético.

Este dispositivo puede transmitir el campo magnético de un punto en el espacio a otro punto
  • Este dispositivo puede transmitir el campo magnético de un punto en el espacio a otro punto.
  • La idea del agujero de gusano proviene de las teorías de Albert Einstein.


Físicos, incluido el español Jordi Prat-Camps, han creado en laboratorio una suerte de agujero de gusano, capaz de hacer invisible un campo magnético a través del espacio.

"Este dispositivo puede transmitir el campo magnético de un punto en el espacio a otro punto, a través de un camino que es magnéticamente invisible", dijo el coautor del estudio, Jordi Prat-Camps, candidato al doctorado en física en la Universidad Autónoma de Barcelona.

"Desde un punto de vista magnético, este dispositivo actúa como un agujero de gusano, como si el campo magnético se transfierese a través de una dimensión especial extra."

La idea es de Einstein
La idea de un agujero de gusano proviene de las teorías de Albert Einstein. En 1935, Einstein y su colega Nathan Rosen se dieron cuenta de que la teoría general de la relatividad permitía la existencia de puentes que podrían vincular dos puntos diferentes en el espacio-tiempo.

En teoría, estos puentes Einstein-Rosen, o agujeros de gusano, podrían permitir que algo viajase instantáneamente entre grandes distancias (aunque los túneles de esta teoría son muy pequeños, por lo que ordinariamente no cabe un viajero del espacio-tiempo). Hasta ahora, nadie ha encontrado pruebas de que realmente existen los agujeros de gusano del espacio-tiempo.

El nuevo agujero de gusano no es un agujero de gusano espacio-tiempo en sí, sino que es una realización de una futurista "capa de invisibilidad" propuesta en 2007 en la revista Physical Review Letters. Este tipo de agujero de gusano escondía ondas electromagnéticas de la vista desde el exterior. El problema era hacer que funcione con los materiales ligeros requeridos, que son muy poco prácticos y difíciles de trabajar, dijo Prat.

El experimento
Pero resultó que los materiales para hacer un agujero de gusano magnética ya existen y son mucho más fáciles de conseguir. En particular, los superconductores, que pueden llevar a altos niveles de corriente, o partículas cargadas, expulsan líneas de campo magnético de sus interiores, esencialmente doblando o distorsionando estas líneas. Esto esencialmente permite al campo magnético hacer algo diferente de su entorno 3D circundante, que es el primer paso en el encubrimiento de la perturbación en un campo magnético.

Así que el equipo diseñado un objeto de tres capas, que consta de dos esferas concéntricas con un cilindro de espiral interior. La capa interior transmite esencialmente un campo magnético de un extremo al otro, mientras que las otras dos capas actuaron para ocultar la existencia del campo.

El cilindro interior está hecho de un mu-metal ferromagnético. Los materiales ferromagnéticos presentan la forma más fuerte del magnetismo, mientras los mu-metales son altamente permeables y se utilizan a menudo para el blindaje de dispositivos electrónicos.

Una cáscara delgada hecha de un material superconductor de alta temperatura llamado óxido de cobre de bario itrio forró el cilindro interior, doblando el campo magnético que viajó por el interior. La cáscara final estaba fabricada de otro mu-metal, pero compuesta de 150 piezas cortadas y colocadas para neutralizar perfectamente el doblado del campo magnético por la capa superconductora. Todo el dispositivo se colocó en un baño de nitrógeno líquido.

Normalmente, las líneas de campo magnéticas irradian desde un lugar determinado y se descomponen con el tiempo, pero la presencia del campo magnético debería ser detectable a partir de puntos a su alrededor. Sin embargo, el nuevo agujero de gusano magnética canaliza el campo magnético de un lado del cilindro a otro por lo que es "invisible" en tránsito, y parece salir de la nada en el lado de salida del tubo, según el estudio publicado en Scientific Reports.

"Desde un punto de vista magnético, tienes el campo magnético del imán desapareciendo en un extremo del agujero de gusano y apareciendo de nuevo en el otro extremo del agujero de gusano", dijo Prat a Live Science.

fuente/RTVE

lunes, 1 de junio de 2015

El lago ruso Azul no tiene fondo ni fauna animal.

Situado en la república rusa de Kabardino-Balkaria, su 'inalcanzable fondo' ha supuesto un reto para multitud de buzos, llegando hasta el punto de costarles la vida.

lunes, 18 de mayo de 2015

Un agujero misterioso traga un lago de Oregón.

Como si de una bañera gigante se tratara, el agua de un lago en Oregón desaparece cada año por un misterioso agujero.

Este socavón de menos de 5m2 es un antiguo cráter de lava que durante la temporada estival se encarga de transformar el lago en prado hasta la llegada del invierno.

Según la portavoz del Parque Nacional de Willamette, Jude McHugh, el agua iría a parar a un acuífero que alimenta los manantiales de la zona.
Pese a no haber podido confirmar este supuesto, este fenómeno ha convertido al lago en un atractivo turístico para muchos.


jueves, 30 de abril de 2015

Otro gran agujero aparece en Ucrania.

Un agujero enorme fue descubierto en Ucrania los pobladores dicen que hay al menos cinco agujeros similares aunque este es el más grande.


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Un gigantesco agujero de 100 metros de diámetro mantiene en vilo a los habitantes de la localidad ucraniana de Solotvino ante la posibilidad de que su tamaño siga aumentando y ‘engulla’ sus viviendas y calles.

Una abertura en la superficie terrestre en la localidad de Solotvino (región de Zakarpatska, oeste de Ucrania) de 100 metros de diámetro y 60 de profundidad surgida a raíz de la acción del agua sobre las minas de sal tiene preocupados a sus residentes, informa ‘The Daily Mail’. Los lugareños, que han pedido a las autoridades locales que intervengan, afirman que existen al menos cinco agujeros con estas características.

“Este enorme abismo se formó cerca de la aldea en un solo día. Tenía 60 metros de ancho y por lo menos 45 de profundidad, pero no deja de crecer”, cuenta Leopold Uvarov, residente de la localidad.

Los problemas en esta región surgieron hace 220 años con la aparición de las primeras minas de sal. Cuando se cerraron, comenzaron a acumular gradualmente agua que a su vez ha ido disolviendo lentamente las formaciones rocosas subterráneas, creando lo que se conoce como un paisaje kárstico.

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Ivan Prokop, un vecino de la localidad de 53 años, relata que comenzó a notar la formación de este tipo de agujeros en la zona hace 11 años y que comenzaron ‘engulliendo’ caminos, algunos jardines y hasta casas. “Al principio pensamos que era solo un agujero y se detendría, pero es evidente que toda la región finalmente se hundirá”, sostiene.

“Este abismo no será el último que veamos. Habrá más. El agua se está acumulando en las antiguas minas, los depósitos de sal se están disolviendo y nuestra tierra seguirá desapareciendo”, sentencia Prokop.

El experto Oleksandr Poshtuk, contratado por el Gobierno local para cerrar las minas, afirmó que la solución era llenar los túneles existentes con tierra, pero los residentes sostienen que este proceso se ralentizó hasta detenerse cuando se dieron cuenta de que les llevaría al menos siete años y que llenar todas las minas tendría un coste de alrededor de 10 millones de dólares.

Los funcionarios locales afirman que unas veinticinco familias ya han sido evacuadas, pero 130 familias más se niegan a abandonar su localidad al denunciar que el lugar que se les ha propuesto para que se trasladen se encuentra en una zona con agua contaminada.

Fuente RT.

martes, 7 de abril de 2015

Kip Thorne: «Apuesto por la existencia de civilizaciones más inteligentes que la nuestra en otros planetas»


Desde hace más de tres décadas, Kip Thorne, catedrático de Física Teórica en Caltech (Instituto Tecnológico de California), es considerado, junto a su amigo Stephen Hawking, uno de los mayores expertos mundiales en este campo. Pero además, en el último año la fama del profesor se ha disparado gracias a Interstellar, la película de Christopher Nolan cuyo guión fue elaborado con su asesoramiento científico.

La semana pasada, este brillante astrofísico visitó Londres para asistir a un pase muy especial del filme, que fue proyectado en el Royal Albert Hall mientras una orquesta tocaba su banda sonora en directo. Coincidiendo con el centenario de la Teoría de la Relatividad General, Thorne concedió a Pablo Jáuregui, enviado especial del periódico español El Mundo, esta entrevista exclusiva.

PREGUNTA: Einstein decía que «no entiendes algo realmente hasta que eres capaz de explicárselo a tu abuela». ¿Se atrevería a explicarme la Teoría de la Relatividad para que la entendiera su abuela o la mía?

RESPUESTA: (risas) Eso es precisamente lo que hemos intentado hacer con Interstellar. La película refleja algunos conceptos clave de la teoría de Einstein que están implícitos en la historia que se cuenta. Sobre todo, un aspecto central de la Relatividad que yo llamo la Ley de la Deformación del Tiempo. Einstein no lo bautizó con esas palabras, pero su primera intuición fue que el tiempo se deforma. La manera más sencilla que encuentro para explicarlo es que todo lo que existe en el Universo prefiere vivir donde envejecerá más lentamente, y la gravedad lo arrastra hasta allí. En la superficie de la Tierra, envejecemos un poco más lentamente que si nos encontramos a altitudes muy elevadas, a bordo de una nave espacial. Lo hacemos sólo un poquito más despacio, mucho menos que un segundo al año. Pero esa pequeñísima diferencia es suficiente para producir el tirón de la gravedad que sentimos. Suena increíble, pero eso es lo que nos dice Einstein.


P: ¿Cuál ha sido el hallazgo más importante en estos 100 primeros años de la Relatividad?

R: Lo fundamental ha sido precisamente la comprobación de que el espacio y el tiempo están entrelazados y se deforman, y que el tiempo transcurre de manera diversa en lugares diferentes. Esto produce múltiples fenómenos que los astrónomos y los físicos podemos observar y medir. Pero la revolución crucial de la teoría de Einstein es que ha transformado nuestra comprensión del espacio y el tiempo.


P: ¿Y cuál podría ser el hallazgo crucial en los próximos 100 años?

R: El objetivo más importante, el Santo Grial para los físicos, es unificar la Relatividad de Einstein con las leyes de la física cuántica, en concreto con las llamadas leyes de la gravedad cuántica que hoy todavía no comprendemos. Estas leyes gobiernan el origen del Universo, y si logramos comprenderlas, entonces entenderemos cómo surgió el Universo, y si había algo antes de su nacimiento. Estas mismas leyes también gobiernan qué ocurre dentro de un agujero negro, y si podríamos sobrevivir en su interior. Hoy creemos que no, pero no estamos totalmente seguros. Y también determinan la posibilidad de que puedas construir una máquina del tiempo para viajar al pasado. Hoy no sabemos si esto es posible, pero creemos que todas estas cuestiones dependen de las desconocidas leyes de la gravedad cuántica.


P: Sé que le gustan las apuestas. ¿Cuál sería su apuesta para el próximo siglo de la Relatividad?

R: (risas) Mi apuesta es que entenderemos las leyes de la gravedad cuántica antes de que yo me muera. Yo tengo casi 75 años, pero mi intención es vivir hasta los 110, así que todavía nos quedan 35 para lograrlo. Una vez que lo consigamos, podremos deducir todas sus implicaciones y sabremos, sin ningún género de dudas, cómo nació el Universo, si existen otros universos más allá del nuestro, qué ocurre dentro de un agujero negro y si podemos viajar hacia atrás en el tiempo.

P: ¿Y a usted qué le gustaría que se descubriese?

R: A mí siempre me gusta descubrir que las cosas son muy diferentes de lo que creíamos, porque cuando se produce una revolución al comprobar que estábamos equivocados, la ciencia logra grandes avances en poco tiempo, y esto es emocionante. Ahora mismo, lo que esperamos descubrir es que el Universo nació en un Big Bang y que antes no había nada. Pero es posible que también nacieran otros universos, y que el nuestro sea sólo uno de muchos.


P: ¿Se atrevería a apostar por los viajes en el tiempo?

R: Me inclino a pensar que es imposible, pero no estamos seguros, así que no podemos descartarlos. Hace unos años, con uno de mis estudiantes de doctorado, llegamos a la conclusión de que en el momento que intentaras activar una máquina del tiempo, se produciría una gigantesca explosión que la destruiría por completo. Pero el trabajo posterior de otros colegas ha sugerido que esta explosión no necesariamente destruiría la máquina, y que por tanto quizás sí sea posible. La realidad es que sencillamente no lo sabemos. Yo creo que hay una probabilidad de 2 contra 1 de que los viajes en el tiempo sean imposibles, pero sólo es de 2 contra 1, todavía no lo podemos descartar. Ya veremos…


P: Hablemos del lugar de Einstein en la historia de la ciencia. ¿Le considera el más grande de todos los tiempos?

R: En lo que respecta al descubrimiento de las leyes fundamentales que gobiernan el Universo, hay dos figuras colosales en la historia de la Humanidad: Newton y Einstein. Pero vivieron en épocas tan distantes en el tiempo que es muy difícil decir cuál de los dos fue el mayor genio. En todo caso, como mínimo yo pondría a Einstein al mismo nivel que Newton.

P: ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Einstein y de su manera de trabajar?


R: Bueno, no sé si alguno de nosotros podemos seguir sus pasos porque probablemente carecemos de sus habilidades. Lo que tenía Einstein es una intuición extraordinaria sobre cómo funciona la naturaleza. Con muy poca información, era capaz de plantear hipótesis que resultaban ser verdad. Las matemáticas no se le daban mucho mejor que a mí, y yo tampoco soy un gran matemático, pero tenía aquella impresionante capacidad para intuir la realidad que no tenía ninguno de sus contemporáneos, y por eso descubrió cosas que probablemente no hubieran salido a la luz en su época si no fuera por él.

P: ¿Quién sería el Einstein de hoy? ¿Stephen Hawking?

R: No, creo que no hay nadie a su altura. Hawking es brillante, es sin duda una de las grandes mentes de nuestro tiempo, pero ni hoy, ni durante los dos siglos anteriores, hubo alguien a al nivel de Einstein. Eso no quiere decir para nada que siempre tuviera razón, pero sus intuiciones más profundas sobre la Relatividad, los cimientos de la física cuántica e incluso las bases teóricas de la tecnología láser fueron correctas. Es increíble la cantidad de cosas que él vio, sin que nadie antes que él hubiera sido capaz de verlas.

P: Hablemos ahora de los fenómenos vinculados a la Relatividad que se reflejan en la trama de Interstellar. Empecemos por los agujeros negros. ¿Por qué son tan fascinantes e importantes?


R: Los agujeros negros nos muestran la deformación del espacio-tiempo más que ningún otro objeto de cuya existencia estamos seguros. De hecho, un agujero negro no se compone de materia, sino que está hecho, literalmente, de espacio-tiempo deformado. Cuando lo piensas, ¡es algo increíble! En su origen, sí hay materia: el agujero negro se produce tras el colapso de una estrella, una implosión que provoca un tirón gravitatorio tan poderoso que lo absorbe todo a su alrededor y nada, ni siquiera la luz, puede escapar de su interior. El agujero negro deforma el espacio-tiempo en su entorno y destruye todo rastro de la estrella colapsada en lo que llamamos una singularidad (es decir, una región del Universo gobernada por las leyes de la gravedad cuántica que hoy todavía no comprendemos). En su interior, la materia desaparece y sólo queda el espacio-tiempo deformado. De hecho, lo deforma hasta tal punto que, tal y como ocurre en Interstellar, en el entorno de este objeto una hora equivaldría a siete años en la Tierra.

P:¿Eso no es ciencia ficción?

R: No, eso es lo que ocurriría, en el hipotético caso de que pudiéramos viajar hasta allí. Está basado en cálculos matemáticos que realizamos específicamente para la película porque el director, Christopher Nolan, nos pidió que intentáramos plantearnos lo que pasaría en las proximidades de un agujero negro. Fue un reto complicado, pero estoy convencido de que los cálculos que obtuvimos sobre la dilatación del tiempo son correctos, aunque me sorprendieron a mí mismo.

P: Pasemos ahora a los agujeros de gusano, el atajo cósmico que usan los astronautas en la película para salvar la enorme distancia que les separa del planeta al que quieren llegar. ¿Cuánta ciencia hay tras esta ficción?

R: A diferencia de los agujeros negros, de cuya existencia estamos seguros, los agujeros de gusano hoy sólo son una predicción teórica de la Relatividad, y el viaje que vemos en la película es muy improbable. De hecho, algunas investigaciones realizadas por mis propios estudiantes han sugerido que incluso en el hipotético caso de que existieran, no podríamos atravesarlos porque sus paredes se colapsarían. Sin embargo, algunos de mis colegas llevan años intentando demostrar que sería imposible entrar en un agujero de gusano, pero no lo han conseguido. Así que realmente no lo sabemos, y de momento tampoco podemos descartarlo.


P: Al final de Interstellar, el héroe de la película se introduce en una quinta dimensión, una especie de pasillo infinito que le permite ir hacia atrás y hacia adelante en el tiempo. Sin duda parece la escena más inverosímil de toda la película, pero, ¿tiene alguna base científica?
R: Como ya hemos comentado antes, todavía no sabemos si los viajes en el tiempo son posibles, pero tampoco podemos descartarlos. Esta escena especula con la posibilidad de que existan dimensiones desconocidas del espacio, donde hay seres inteligentes capaces de construir una estructura donde se puede viajar en el tiempo. Evidentemente, todo esto es pura especulación, pero sin duda hoy ya tenemos motivos para sospechar que existen otras dimensiones espaciales.

P: Hablando de civilizaciones más inteligentes, ¿apostaría usted por la vida extraterrestre?

R: Sin duda, lo haría. En los últimos años, la cantidad de planetas que se han descubierto en zonas potencialmente habitables de sus estrellas es asombrosa, y ha aumentado claramente la probabilidad de vida en otros mundos. Somos muchos científicos los que pensamos así. Cuando empezamos a trabajar en el proyecto de Interstellar, Steven Spielberg, quien inicialmente iba a dirigirla, nos reunió a 20 expertos para empezar a elaborar el guión, y nos preguntó a todos si creíamos en la existencia de civilizaciones extraterrestres más inteligentes que la nuestra. Todos dijimos que sí.


P: La película también plantea la necesidad de que la Humanidad tenga que encontrar un planeta B, un hogar alternativo cuando la Tierra se vuelva inhabitable. ¿Nuestra supervivencia futura depende de ello?

R: Sin duda. Hoy sabemos que hay múltiples causas que podrían destruir nuestra civilización en la Tierra. La probabilidad de que esto ocurra en los próximos 1.000 años no es muy alta, pero es suficientemente preocupante como para que hagamos algo al respecto y estemos preparados para afrontarlo.

P: Sin embargo, tal y como refleja Interstellar, aunque identifiquemos un planeta habitable, las distancias cósmicas que nos separan de otros mundos fuera del Sistema Solar son tan inmensas que parecen insalvables. ¿Cree que podremos superar este obstáculo?

R: Como ya hemos comentado, la solución que propone la película es el agujero de gusano que utilizan los protagonistas como atajo. Pero la probabilidad de que nosotros encontremos un pasadizo de estas características es muy pequeña, así que tendremos que hacerlo con medios tecnológicos más convencionales. Estoy convencido de que algún día lo conseguiremos, pero también creo que el desafío es tan complejo que no podremos lograrlo ni en este siglo, ni probablemente en el siguiente. Necesitaremos 300 años o más para conseguirlo.


P: Su colega y amigo Stephen Hawking declaró que «no hay ningún Dios». ¿Cree usted que la ciencia es incompatible con la religión?

R: No creo que el Big Bang necesariamente excluya la fe en Dios. Es posible concebir a Dios como una inteligencia que actúa en concordancia con las leyes de la naturaleza, y pone en marcha la maquinaria del Universo. De hecho, conozco a colegas físicos que son buenos científicos y creyentes. Pero dicho esto, a mí Dios no me parece una idea interesante. Hace muchos años, la pregunta de si Dios existe o deja de existir dejó de interesarme. Y el motivo es muy sencillo: he comprobado que con la ciencia podemos lograr grandes avances para comprender el universo y resolver los problemas a los que nos enfrentamos los humanos. La religión, sin embargo, jamás ha tenido ningún éxito en este sentido, así que no me interesa. No es que me considere ateo, es que la cuestión de la existencia de Dios me parece irrelevante para responder a todas las preguntas que me parece importantes

P: Algunos de sus colegas, sin embargo, como Richard Dawkins y el propio Hawking, creen que la ciencia debe combatir activamente la religión porque representa una amenaza para el avance del conocimiento en la sociedad.

R: No creo que la religión suponga una amenaza para la ciencia, aunque sí me preocupa la cantidad de miseria que han causado y siguen provocando las guerras entre religiones, eso me resulta indignante. Pero la religión no supone una amenaza para la ciencia, por la sencilla razón de que la ciencia es muy poderosa, debido a los éxitos indiscutibles que logra para comprender y controlar el mundo. Hoy afrontamos problemas enormes como el cambio climático o la amenaza de virus como el ébola, que sólo podrá resolver la ciencia. La religión no puede hacer absolutamente nada frente a estas amenazas.

P: Dice Hawking que «sólo somos una especie avanzada de mono en un planeta menor, que orbita una estrella de tamaño medio, pero podemos comprender el Universo y eso nos hace muy especiales». ¿Cree que algún día lograremos la deseada teoría del todo y comprenderemos el Universo?


R: Sí, sin duda conseguiremos esa teoría unificada. Pero no creo que sea el final de la historia, sino que, como tantas veces ha ocurrido en el pasado, abrirá un nuevo abanico de nuevas preguntas para las que tendremos que buscar respuestas. En todo caso, lo que tengo muy claro es que la historia de la ciencia es la historia de la única herramienta que nos ha permitido comprender cada vez mejor no sólo cómo funciona el Universo, sino también cómo controlarlo.

fuente/MysteryPlanet.com.ar




Conferencia del Profesor Kip S. Thorne del Instituto de Tecnología de California

viernes, 27 de marzo de 2015

Vasily Bogoyavlensky pide una investigación Urgente.

Siete cráteres gigantes en Siberia intrigan a la comunidad científica

El respetado profesor ruso Vasily Bogoyavlensky ha llamado en las últimas horas a las autoridades a asumir su responsabilidad para llevar a cabo una investigación urgente del fenómeno de los cráteres gigantes aparecidos en Siberia.
Hasta ahora solo se conocía la existencia de tres grandes cráteres en el norte de Rusia, para cuyo origen la comunidad científica señalaba por un lado a la incidencia del calentamiento de la superficie por condiciones climáticas inusualmente cálidas, y por otro lado debido a fallas geológicas.
Pero otros dos grandes cráteres recién descubiertos - también llamadosembudos por los científicos - se han convertido en lagos, tal y como reveló el citado profesor Bogoyavlensky, subdirector del Instituto de Investigación del Gas y el Petroleo con sede en Moscú.
Según cuenta el diario Siberian Times, un nuevo examen de la zona realizado con imágenes satélite ha ayudado a los expertos rusos a ver que los cráteres son más grandes de lo que se creyó en un primer momento.

"Ahora sabemos de siete cráteres en la zona del Ártico", declara Bogoyavlensky al rotativo local, y especifica que cinco están en la península de Yamal, uno en el distrito autónomo de Yamal y el último en el norte de la región de Krasnoyarsk, cerca de la península de Taimyr.
Pero aclara el científico que tienen las ubicaciones exactas de solo cuatro de ellos. "Los otros tres fueron vistos por los pastores de renos. Pero estoy seguro de que hay más cráteres en Yamal, sólo tenemos que buscarlos", declaró.
El problema, señala Bogoyavlensky, es que los cráteres deben ser estudiados, pero es algo bastante peligroso para los investigadores, ya que emiten gases de forma prolongada y sin previo aviso.
Para los expertos rusos, uno de los objetos de estudio más interesante es el cráter marcado como B2, ubicado a 10 kilómetros al sur de Bovanenkovo. Gracias a la imagen de satélite se ha podido ver que es un gran lago rodeado de más de 20 pequeños cráteres llenos de agua.
El B2 está atrayendo especialmente la atención de los investigadores en su intento de comprender y explicar el fenómeno. Esto es sólo 10 km de Bovanenkovo, un importante yacimiento de gas, explotado por Gazprom.
Los expertos quieren conocer el funcionamiento del mecanismo de emisión de gases, y algunas alteraciones sísmicas de la que han dado aviso los lugareños. Además, el gas que expulsan los cráteres contiene altas concentraciones de metano, lo que señalaría a explosiones subterráneas como posible causa de la aparición de los enormes embudos.





fuente/Te Interesa

jueves, 26 de febrero de 2015

Científicos alertan de la formación de nuevos agujeros misteriosos al norte de Rusia.

Foto: El cráter de la península de Yamal que apareció en 2014
Agujero de Yamal (2014)


Podrían estar ocasionados por el derretimiento del permafrost por el calentamiento global, y tener consecuencias catastróficas

A mediados de 2014 apareció, en la Región Autónoma de Yamalo-Nenets, al norte de Rusia, una gran fosa que desconcertó a los científicos. Ahora, ya se sabe de la existencia de siete de estos agujeros, que se cree se están produciendo como consecuencia del calentamiento global y su consecuente derretimiento del permafrost, la capa de hielo del subsuelo en regiones muy frías. El peligro es que estas formaciones podrían liberar los hidratos de metano que el hielo encapsula, con consecuencias potencialmente catastróficas.

A mediados de 2014 apareció, en la Región Autónoma de Yamalo-Nenets, al norte de Rusia, una gran fosa que desconcertó a los científicos. Fue observada por primera vez desde un avión y sus imágenes aparecieron publicadas en Youtube.

Ya entonces se señaló que el calentamiento global podría ser la causa de la formación. Dicho calentamiento habría causado una fusión del permafrost (capa de hielo permanente en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías o periglaciares), provocando la liberación de gas y causando un efecto similar al del estallido de un corcho de botella de champán.

Desde esa fecha, al menos siete cráteres misteriosos han sido detectados en Siberia, aunque los expertos están sugiriendo que puede haber entre 20 ó 30, informa la revista Physorg.

Unos peligrosos embudos

Los geólogos señalan de nuevo la explicación de la fusión del permafrost para todos ellos. Esta estaría liberando los gases subterráneos que rellenan las cavidades del subsuelo, provocando las explosiones que generan los cráteres.

Además, están apostando por cambiar la denominación de estas formaciones. Dado que, tradicionalmente, se ha denominado cráter al resultado de explosiones superficiales derivadas de colisiones con cuerpos celestes, los científicos afirman que estos extraños agujeros deberían llamarse de otra manera, en concreto “embudos”.

La investigación sobre estos embudos está siendo dirigida por Vasily Bogoyavlensky, profesor afiliado a la Academia de Ciencias de Rusia. Bogoyavlensky ha hecho un “llamamiento urgente al análisis de este nuevo fenómeno”, publica Siberian Times potencialmente peligroso porque se calcula que el permafrost de la zona podría contener un millón de veces más hidrato de metano que de gas ordinario, por lo que podrían producirse potentes explosiones y una catastrófica reacción cíclica, con temperaturas en aumento que liberan más metano, que a su vez hace subir aún más la temperatura.

Nuevos agujeros

Hasta ahora, se ha establecido la existencia de siete de estos agujeros en la zona del Ártico; cinco en la península de Yamal, otro en la Región Autónoma de Yamalo-Nenets y otro en el norte de la región de Krasnoyarsk, cerca de la península de Taimyr.

Además, el análisis de imágenes registradas por satélite ha mostrado que cerca del primer agujero hallado hay dos formaciones potencialmente peligrosas, en las que puede ocurrir una emisión de gases en cualquier momento. Por eso, su estudio entraña riesgos y dificultades.

Bogoyavlensky ha señalado para Siberian Times, además, que uno de los objetos, el mencionado B2, se ha convertido en un gran lago rodeado de más de 20 pequeños cráteres, también llenos de agua.

El investigador cree asimismo que debe haber muchos más cráteres en y alrededor de las penínsulas de Yamal y Taimyr, aún no detectados.

Los investigadores planean tomar muestras de suelo, del aire y del agua presentes en el escenario, para tratar de dilucidar qué es lo que está sucediendo.

fuente del texto/ Tendencias21

viernes, 23 de enero de 2015

El enigma del nombre de Keops.

La Gran Pirámide de Gizeh es algo más que el monumento que identifica por antonomasia a la civilización más asombrosa que ha pasado por la historia. Se desconoce a ciencia cierta quién la construyó, cuándo y de qué manera se hizo. Tampoco se sabe para qué fueron erigidos sus casi dos millones y medio de bloques. La Gran Pirámide es, al fin y al cabo, el misterio humano por excelencia; un enigma que aún espera a ser desvelado por el hombre.


No es un problema nuevo. Ya desde la propia antigüedad, los cronistas griegos y árabes apostillaban cada vez que mencionaban el nombre del constructor de la Gran Pirámide con un sospechoso "dicen" o un "según afirman los guías locales". Y es que, al igual que sucede con otros grandes enigmas del antiguo Egipto, como la famosa Esfinge, el Serapeum de Sakkara o el misterioso Laberinto en Hawara, no existe al día de hoy ni una sola prueba que confirme de forma científica quién fue realmente el constructor de este gigantesco monumento.
Al comenzar cualquier investigación sobre la Gran Pirámide no tardamos en darnos cuenta de que el problema de la datación de este coloso va ligado al enigma de quién mandó realmente construirla. El griego Heródoto de Halicarnaso que realizó un viaje a Egipto a mediados del siglo V a. de C. fue el primer historiador que proporcionó un nombre a los investigadores. En el libro segundo de su Historia, que lleva por título el nombre de la musa de la música, "Euterpe", Heródoto (2, 124, 1) menciona al tiránico Keops (2575 a. C.) como el constructor de la pirámide más grande de Menfis. Dicho y hecho: el arriesgado testimonio de un guía que no sabía ni que la Esfinge se encontraba en la meseta de Gizeh, tenía el "valor" suficiente como para que la egiptología más ortodoxa comenzara la gran carrera en busca de la confirmación del nombre de Keops.

Un monumento anónimo.
Por desgracia para nuestras investigaciones, de los autores que anteriormente visitaron y escribieron sobre Egipto, de quienes muy probablemente el propio Heródoto tomara más de una referencia sobre las pirámides -especialmente Hecateo de Mileto, s. VI a. C.-, no ha llegado hasta nosotros absolutamente nada.
Sin embargo, no hace falta ir tanto hacia atrás para empezar a dudar del testimonio de Heródoto, ya que todo parece indicar que el llamado por Cicerón, "Padre de la Historia", fue mal informado sobre el nombre de su constructor.
Manetón de Sebenito, sacerdote grecoegipcio de Heliópolis y promotor en su época del culto a Serapis, recibió por parte de Ptolomeo I Soter (s. III a. C.) el encargo de escribir una Historia de Egipto. Para ello, Manetón se tomó la molestia de consultar la mejor documentación de su templo, en Heliópolis. En los fragmentos 14, 15 y 16 Manetón hace una curiosa referencia al constructor de la Gran pirámide: "Sufis reinó durante 63 años. Levantó la Gran Pirámide que Heródoto dice que fue construida por Keops (...)." Este fragmento del cual conservamos varias versiones idénticas gracias a Africano y Eusebio, parece bastante esclarecedor. ¿Acaso no está dando a entender con ese "que Heródoto dice", que realmente el de Halicarnaso estaba equivocado? De lo contrario, ¿no hubiera sido mejor decir "llamado Keops por Heródoto"?
No se trata de un error de traducción. Es aquí en donde debemos tener muy en cuenta que, a pesar del valor documental que ofrece el texto de Heródoto, ya que han sido muchos los datos que se han podido corroborar por medio de la arqueología, no lo es menos que otros muchos, quizás los más, han acabado desmintiéndose. Si a esto añadimos la existencia de un libro de Manetón, hoy perdido, titulado Crítica contra Heródoto, en donde el sacerdote heliopolitano ponía los puntos sobre las íes al Padre de la Historia, todo parece indicar la escasa credibilidad de algunas afirmaciones del historiador griego, seguramente, entre ellas la del nombre de Keops.
Por si no existieran suficientes problemas, el resto de autores, para enrevesar más el asunto, ofrecen nombres diferentes al hablar del constructor de la Gran Pirámide. El griego Diodoro de Sicilia, que viajó a Egipto hacia el 60 a. de C., le llamaba Chemmis, y todos los historiadores de época árabe están de acuerdo en denominarlo Suryd.
¿Cuál de ellos tiene razón? Para algunos egiptólogos, todos, ya que se ha visto en cada una de estas denominaciones cierta relación con los dos supuestos nombres de Keops: Khufu y Hnum-Khuf.
Sin embargo, algunos egiptólogos, desoyendo los argumentos de otros investigadores, han preferido dar la razón al criticado Heródoto y buscar la prueba irrefutable que vinculara directamente la construcción de la Gran Pirámide con el faraón Keops. Y es que, más allá de los hallazgos en los monumentos aledaños a la Gran Pirámide, en donde aparece con cierta frecuencia el nombre del faraón Keops, los arqueólogos necesitaban el descubrimiento de una inscripción en la propia pirámide que subordinara de forma concluyente el monumento al nombre de Keops, prueba que, sospechosamente, apareció al poco tiempo de entenderse los jeroglíficos...

Multitud de inscripciones.
Hace dos mil quinientos años, Heródoto dejó constancia en su libro de la existencia de numerosas inscripciones en las caras de las pirámides: "y en la pirámide consta, en caracteres egipcios, lo que se gastó en rábanos, cebollas y ajos para los obreros" (Hdt. 2, 125, 6). Esta interpretación que, según cuenta el propio Heródoto, es la que le dio el sacerdote que servía de guía en su viaje por Egipto, no parece convencer a nadie; otro "histórico" resbalón del cronista griego. Por el contrario, resulta curioso que este mismo pasaje lo encontremos cuatrocientos años después en la obra de Diodoro (1, 64, 2), quizás una prueba que testifique que este último autor se limitara a copiar el texto de su ilustre antecesor.
En época árabe, Maqurizi, un cronista que vivió a la sombra de las pirámides entre el 1360 y el 1442 d. C., hacía un barrido sistemático en su Libro de la Advertencia sobre las referencias que otros autores anteriores a él habían dejado sobre el antiguo Egipto. En el capítulo XL menciona que "sobre estos monumentos los sacerdotes trazaron todas las máximas de los sabios; se escribió sobre todos los lugares posibles de las pirámides, techos, bases, murallas, todas las ciencias conocidas por los egipcios, y se dibujaron las figuras de las estrellas, se inscribieron los nombres de las drogas y sus propiedades útiles y nocivas, la ciencia de los talismanes, de las matemáticas, de la arquitectura; en una palabra, todas las ciencias." Por su parte, Ibn Khordadabah en su obra Maravillas de las construcciones, decía que las "inscripciones (sobre los bloques de revestimiento de la Gran Pirámide) son tan numerosas y frecuentes que, si las trasladaran al papel, cubrirían diez mil hojas".
Estas afirmaciones, que no son más que un botón de muestra de la inmensa cantidad de ellas existentes en la literatura árabe medieval, han hecho reflexionar a los egiptólogos sobre la posible existencia de inscripciones en las piedras de recubrimiento de la Gran Pirámide, hipótesis prácticamente admitida hoy día por todos, siempre con miras en el descubrimiento del nombre de Keops por alguna parte. Debido a que este monumento fue utilizado como cantera desorganizada en época medieval, miles de sus bloques han ido a parar a los muros de las mezquitas cairotas, perdiéndose la pista de todas estas inscripciones.
Pero, ¿qué hay de realidad en todas estas fabulosas leyendas? ¿Qué decían los miles de inscripciones? ¿Hablaban realmente de Keops o es este rey el que reutilizó un monumento construido mucho tiempo antes que él?

Una explosión de pólvora y un nombre.
Habría que esperar hasta el año 1837 para poder obtener una mínima pista que resolviera el misterio de las inscripciones de la Gran Pirámide. Dos años antes, había llegado al valle del Nilo un coronel británico cincuentón, de nombre Richard William Howard Vyse. Su interés por la egiptología, respaldado por el importante apoyo económico de su familia, le llevó a conseguir el permiso ordinario -el famoso firman- para poder excavar en la Gran Pirámide.
Este coronel, dinamitando en la célebre cámara de Davidson, situada inmediatamente sobre la cámara del rey, descubrió cinco cámaras más. Si bien todos los descubrimientos en este monumento se habían caracterizado por ser anepigráficos -sin inscripciones-, incluso la mencionada cámara de Davidson, Vyse, misteriosamente, tuvo mucha más suerte que todos sus antecesores. Y es que no sólo encontró cinco cámaras más repletas de textos, sino que en varias de ellas aparecía escrito el supuesto nombre del constructor de la pirámide, nombre que recientemente se había podido identificar en textos egipcios: la esperada prueba arqueológica que vinculaba la construcción de la pirámide con el nombre del faraón Keops.
Envuelto en el típico cartucho que recubría el nombre de todos los faraones, y escrito en tinta roja, allí parecía estar la prueba irrefutable que tanto se había estado buscando. Samuel Birch, egiptólogo del Museo Británico y encargado de estudiar las inscripciones enviadas por Vyse desde El Cairo, dio los textos como buenos, reconociendo la posibilidad de que se tratase de los nombres de Keops.
Pero, una vez pasada la emoción de los primeros momentos del descubrimiento, se comprobó que no todo el monte era orégano. Muy pronto aparecieron las primeras dudas ante tan rápido y sospechoso hallazgo.
En 1981, el investigador Zecharia Sitchin nos sorprendía a todos con su libro Escalera al cielo, en donde planteaba la posibilidad de que las marcas de cantería descubiertas por Howard Vyse en la Cámara de Campbell fueran una falsificación de su colaborador J. R. Hills. Esta teoría, siempre según Sitchin, había sido manifestada por uno de los ayudantes de Vyse quien afirmó que el coronel, necesitando justificar sus excavaciones en la meseta de Gizeh ante el cónsul británico, Henry Salt, con un descubrimiento impresionante, decidió "descubrir" la primera prueba epigráfica que vinculara directamente la Gran Pirámide con la figura del faraón Keops.
Sitchin argumentaba su teoría apoyándose en un artículo del propio traductor de los textos, Samuel Birch, en donde, sacando frases de contexto, parecía dar a entender que los jeroglíficos descubiertos por Vyse estaban falsificados. Sin embargo, contradiciendo a Sitchin, si realizamos una lectura completa del artículo de Birch podremos observar que en ningún momento se duda de la autenticidad de los jeroglíficos descubiertos por el coronel.
Sitchin también añade que la falsificación de Hills había sido realizada usando la gramática de John Gardner Wilkinson, Materia Hieroglyphica, publicada en Malta en dos volúmenes entre los años 1828 y 1830, en donde el nombre de Keops aparecía supuestamente escrito de forma incorrecta. Según Sitchin, el nombre correcto de Keops, Khufu, aparece en la mencionada gramática con un error en el primer ideograma, de suerte que Wilkinson confundió el jeroglífico j, un círculo rayado, con el disco solar, un círculo con un punto en el centro. Según Sitchin, éste es el nombre que aparece en la Cámara de Descarga de la Gran Pirámide.
Nada más lejos de la realidad, ni en la pirámide está mal escrito el nombre de Keops, ni Wilkinson confundió un ideograma por otro. Simplemente en la gramática aparece el nombre de este faraón escrito con un círculo negro en vez de utilizar la j , el círculo rayado, ideograma que, por otra parte, sí aparece en el nombre conservado en la pirámide. Aunque Sitchin no tenga razón en sus argumentos ¿demuestra nuestra explicación que las inscripciones son verdaderas? ¿Fueron realmente una hábil falsificación para justificar el firman ante Henry Salt?

Otras inscripciones
Sin embargo, y al contrario de lo que muchos investigadores creen, no son éstas las únicas inscripciones que han aparecido en la Gran Pirámide de Keops. Si hacemos caso al polémico trabajo de Vyse, Operations carried out on the pyramids of Gizeh publicado entre 1840 y 1842, en él se hace mención a muchas más inscripciones. Éstas, lejos de encontrarse en lugares inaccesibles de la pirámide, como cámaras secretas o túneles intransitables, fueron descubiertas por el coronel británico sobre algunos de los bloques de revestimiento del monumento que aún se conservaban en aquella época (1837). Vyse aseguraba que encontró algunas misteriosas inscripciones, según él marcas de los canteros que construyeron la pirámide, inscritas en color rojo o negro. En la página 226 del primer volumen de su estudio presenta una inscripción en la que podemos apreciar una serie de jeroglíficos muy deteriorados junto a un recuadro que parece contener un claro pilar Djed.
Pero ahí no queda todo. El egiptólogo L. V. Grinsell en su libro Egyptian Pyramids publicado en 1947, también hace mención a extraños grabados descubiertos en los mismos bloques, confirmando cien años después, los hallazgos del coronel Vyse. La mayor parte de estas inscripciones fueron pintadas en color rojo, siguiendo la tónica general de las otras conservadas en la Gran Pirámide. El contenido de estos textos era, según Grinsell, líneas de medida utilizadas por los arquitectos a modo de referencias o los nombres de algunas cuadrillas de trabajadores empleadas en la construcción del monumento. Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos de estas nuevas inscripciones facilitadas por Grinsell fue la presencia del nombre Hnum-Khufu, otro de los apelativos reales del faraón Keops que ya fue descubierto por Vyse en la cámara de Lady Arbuthnot en la Gran Pirámide. Hoy no queda nada de estas inscripciones ¿Se ha extendido la fiebre mixtificadora del coronel Vyse hasta nuestro siglo?
Según relata el propio Grinsell, "el mejor momento para poder ver estas inscripciones (todas pintadas de un rojo que se ha apagado con el paso del tiempo) es por la mañana muy temprano." Con arreglo a lo descrito por el arqueólogo británico, es conveniente ir con gafas de sol casi al amanecer y buscar en la cara oeste de las pirámides para poder apreciar claramente estas inscripciones. Ver para creer.
Sin embargo, Grinsell no proporciona más información que la simple mención de la existencia de estas inscripciones. Como si de una maldición se tratara, Grinsell murió recientemente sin dejar constancia ninguna de la ubicación exacta en donde se encontraban los misteriosos dibujos por él mencionados...
Otro egiptólogo de renombre, el francés Georges Goyon, en su libro Les inscriptions et Graffiti des voyageurs sur la Grande Pyramide (1944), hacía un estudio sistemático de los hallazgos epigráficos realizados hasta la época en este monumento. Para asombro de muchos, Goyon ofrecía una mención muy precisa de la ubicación de una inscripción en los bloques exteriores de la Gran Pirámide. Según Goyon la inscripción se encontraba en la "cuarta hilera de la cara oeste, piedra número 71 comenzando (a contar) por el ángulo norte. La inscripción está dibujada en pintura roja y colocada al revés."

Un amanecer mudo
Aunque parezca mentira, es triste reconocer que prácticamente nada es lo que podemos observar hoy día de estos descubrimientos realizados hace apenas cincuenta años. Quizás la razón principal a tan dolorosa pérdida, resulte un tanto contradictoria. Y es que el viento del desierto, llamado por los egipcios "jamsin", hacía que la arena cubriera las primeras hiladas de las caras occidentales de todas las pirámides egipcias, taponando incluso en ocasiones la propia entrada al monumento como ocurre en la pirámide de Amenemhat III en Hawara.
Desde que la explotación turística de todas estas pirámides ha obligado a la continua habilitación de los complejos arquitectónicos, retirando la arena siempre que fuera necesario para admirar el monumento en todo su esplendor, las inscripciones han permanecido continuamente a la intemperie, habiéndose borrado todas ellas, si es que existieron, en los últimos cincuenta años.
Aunque nadie hace caso a la advertencia de Manetón, hoy muchos egiptólogos siguen creyendo que fue Keops el constructor de la gran Pirámide. ¿Tiene sentido afirmar que el sacerdote grecoegipcio confundió los dos nombres y argumentar que Keops y Sufis son la misma persona? ¿Es que Manetón no disponía de listas reales más fiables que las nuestras, cometiendo un error tan torpe?

A pesar de todo, después de haber transcurrido no se sabe cuántos miles de años, quizás más de los que creamos, nadie tiene constancia alguna de quién fue el constructor de este misterioso monumento.

De una manera profética, Gerard de Nerval que viajó a Egipto en 1842, comentaba con doctas palabras en su Viaje a Oriente, que las inscripciones que rebosaban por todas partes en la Gran Pirámide "serán la tortura de los sabios del futuro". Lo que de Nerval olvidó señalar era que la tortura estaría en la pérdida de esas inscripciones.
Keops: un faraón sin rostro
Parece increíble que de un rey del que se le supone la construcción más importante de la humanidad, no tengamos apenas representaciones artísticas con las que hacernos una idea sobre su aspecto. A excepción de la conocida figurilla de marfil del mismo tamaño que un rey de ajedrez (7,5 centímetros), para colmo encontrada en Abydos -a casi 350 kilómetros de su gigantesca pirámide-, u otras dos estatuas atribuidas a su persona, poco más es lo que podemos decir de los retratos de este enigmático faraón.

Y es aquí en donde debemos plantearnos si realmente fue el tal Khufu el constructor de la Gran Pirámide.
La imagen política de este faraón, tampoco debió de suponer mucho respeto en la antigüedad a sus propios coetáneos egipcios. Éstos, ni cortos ni perezosos, reutilizaron los relieves de la calzada de su pirámide para decorar sus propios complejos funerarios. Esto sucedió en la pirámide de Amenemhat I (1990 a. C.) en Lischt, lugar en el que podemos encontrar numerosos relieves con el nombre "Khufu", extraídos impúdicamente de su calzada en Gizeh. En otro arrebato de locura, el egiptólogo Ahmed Fakhry propuso hace treinta años la no menos drástica iniciativa de sacrificar el conjunto de Amenemhat I desmantelándolo, para obtener más información sobre el reinado y la figura de Keops. Gracias a Dios, nadie le ha hecho caso.
autor del texto/Nacho Ares
Publicado con el mismo título en la revista Karma 7, en 2001
Un dato que añadimos, y que es de interés ante el enigma de las pirámides y que hace referencia a Manetón y la edad de las pirámides.
Manetón fue un sacerdote e historiador egipcio que vivió en el siglo III a.C. Recibió el encargo por parte del faraón Ptolomeo II Filadelfo, de escribir la historia de Egipto desde sus inicios. Para la realización de sus trabajos tuvo acceso a los textos antiguos sobre la historia de Egipto, y gracias a ello tenemos una lista ordenada de los reyes de Egipto, comenzando por Menes, el primer rey de la primera dinastía.
La obra de Manetón no se ha encontrado completa: nos han llegado pequeños fragmentos a través de varios historiadores como: Flabio Josefo, Julio Africano, Eusebio de Cesarea.
La gran pirámide, siguiendo las pistas arqueológicas e históricas, parecen datar de hace unos 4600 años. Sin embargo, si hacemos caso a lo constatado por Manetón, la edad de ellas estaría en torno a los 7000 años.
Esto no es el único dato sorprendente que nos dejó en su obra. Según contaba, antes de ese primer faraón de la primera dinastía, Egipto estuvo gobernado por dinastías de dioses y semidioses durante más de 24000 años.