Mostrando entradas con la etiqueta ANATOMIA OCULTA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ANATOMIA OCULTA. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de diciembre de 2015

CFO: Contratos Familiares Ocultos.


Son una especie de “códigos” que están situados en lo más profundo de nuestras mentes en forma de creencias y de todo tipo de inhibiciones que nos paralizan.

Cuenta Marianne Costa que en un momento de su vida escribió en un papel de pergamino: “soy una fracasada”. Después lo firmó con una gota de su sangre y lo enterró. En ese lugar plantó una bella flor y empezó a diseñar su realidad liberada de esa maldición. (Es un acto psicomágico, donde nos liberamos de esos códigos que recibimos de nuestra familia) Un contrato es un acuerdo entre dos partes que se comprometen a dar algo y a recibir algo a cambio.

Pero no todos los contratos están sobre papel, ni siquiera son verbalizados, ni tampoco todos están en el plano de la consciencia. Más aún, como en el caso del nombre, hay contratos que aceptamos en desigualdad de condiciones porque se “sellan” en la más tierna infancia: el niño intuye que el incumplimiento implica no ser querido, lo que significa la muerte.

Nuestro cerebro más primitivo nos dicta la orden de obedecer cuando la amenaza es ser expulsado del clan.

Estos contratos pueden afectar a nuestros cuatro egos. 

Ejemplos de contratos intelectuales:

Muchas de las creencias que tenemos son contratos que mantenemos con nuestro árbol genealógico, ideas que se nos han transmitido desde nuestros bisabuelos y que no podemos cuestionar. (Debemos deshacernos de cualquier creencia que no sea bella y útil)

a) “Serás abogado, como los hombres de provecho de esta familia” (En árboles donde el artista es considerado como un muerto de hambre, que en realidad no sabe hacer nada)

b) “En esta casa se habla cristiano” (No me salgas con querer estudiar lenguas…sólo hay que hablar una lengua: la materna)

c) “Eres torpe como tu madre” (Una profecía que actúa como una maldición que acaba cumpliéndose)

d) “En la vida debemos dejar las cosas igual que nos las hemos encontrado” (Señal de que el árbol se ha estancado…)

e) “Un hijo nunca debe superar a un padre” (Una locura absoluta que se conecta con la neurosis de fracaso)

Los contratos intelectuales son como las “ideas irracionales” que describe Albert Ellis, raíces de nuestras emociones perturbadas y comportamientos desajustados. 

La psicogenealogía conecta con su famosa y en muchos casos efectiva RET (Terapia Racional Emotiva), en el sentido que la familia configura un esquema de creencias tóxicas que nosotros adoptamos por lealtad a ella y que se mueven en cuatro ejes fundamentales:

*Si no tienes lo que necesitas, te mueres. (“Si mi novio me deja, me muero”) La herencia tóxica es confundir la necesidad con el deseo. Si no tienes alimento, te mueres, pero si deseas a tu novio y no lo tienes, sigues viviendo…

*Esto es horrible (“Es horrible que tenga que cancelar mis vacaciones”) Se juzga en exceso. No hay nada categóricamente malo o bueno. Hay hechos que nos causan más o menos dolor. Si ordenamos los hechos dolorosos de 0 a 10 y en el 10 ponemos la muerte de un ser querido, ¿cómo valoraremos cancelar una vacaciones?

*No lo soporto (“No soporto la soledad”) Hay situaciones que matan, son insoportables. Creer que algo es el límite entre la vida y la muerte nos hace sentirnos agonizantes cada vez que eso sucede. Eso lleva a preferir un desastre de relación amorosa, la soledad está prohibida por el árbol, porque es acercarse a la muerte.

*Si sucede algo malo es que hay un culpable y tiene que ser condenado. La familia nos enseña a juzgar y buscar culpables en los que descargar la responsabilidad de lo que pase, o a culparnos a nosotros mismos. Los acontecimientos no son una confluencia de factores, nada tiene una única causa. Si nos sentimos culpables de algo, la mejor medicina es una fórmula con tres elementos: la aceptación, la reparación y el aprendizaje de lo sucedido para evitar en lo posible repetir el mismo error en el futuro.

Ejemplos de contratos emocionales: Suelen venir en formato de inhibiciones emocionales. Muy asociados a los niveles de consciencia infantiles…

a) “No crezcas” (Si se hace mayor un día abandonará a sus padres. Esta orden lo mantendrá con una edad emocional de 10 años para el resto de su vida)

b) “Aquí somos del Madrid” (Desde el primer mes de vida el niño es socio del club. Cuando crece no tiene alternativa, si no le gusta el fútbol o no es madridista, será considerado un traidor o un enfermo)

c) “No seas tonto y no te hagas novia” (Quédate con la madre…ella no te defraudará)

e) La pareja es para toda la vida
(Nadie se ha divorciado jamás, en nuestra familia todos somos muy católicos)
Los contratos emocionales nos atan con fuerza al pasado y fomentan las relaciones basadas en la dependencia emocional. Disolver estos contratos es abrir al fin la puerta a la libertad de amar con un nivel de consciencia superior.
Ejemplos de contratos libidinales: Aquí están todas las inhibiciones creativas y sexuales

a) “El teatro-la pintura-la música, son una pérdida de tiempo” (Es como decir que no debes dedicarte a cosas que no son de provecho…)

b) “Esta relación no te conviene” (Podríamos preguntarnos: ¿a quién no le conviene en realidad?)

c) “Te casarás a los 25 años y a los 26 llegará la única hija” Este podría ser un contrato inconsciente que se repite de generación en generación. Un proyecto que el árbol tiene para nosotros

d)”La mujer que expresa deseo sexual es una fulana”
(Si el sexo de la mujer es sólo un instrumento de procreación, se le prohíbe gozar con su energía libidinal y a la postre de la creación y de la vida).
La prohibición de la homosexualidad y de prácticas sexuales no existentes en el repertorio del árbol, también son contratos que al incumplirlos nos bloquean la libido o nos sentimos culpables y merecedores de castigos si “nos salimos del tiesto”.
Ejemplos de contratos materiales-corporales-económicos: Las inhibiciones económicas. Es necesario que encontremos los elementos que permitan separarnos de la violencia, del miedo y de la culpabilidad…

a) “Eres idéntico a tu abuelo” (Y con ello uno de los linajes toma posesión del hijo)

b) “No toques los botones que los romperás” (Cuando no te dejan tocar nada es porque no tienes espacio)

c) “El dinero es el pecado” (Si nos hacen creer que el dinero es sucio, nos generará mucha culpabilidad ganarlo)

d) “El que arriesga pierde”, “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, “Más vale malo conocido que bueno por conocer”… (Salir del territorio es una deslealtad imperdonable y tenemos un miedo ancestral a no volver a ser admitidos en el clan).

Todo esto insta a acomodarse con una pareja que ya no aporta nada, un trabajo insatisfactorio, una casa que no es un hogar y también a una ciudad, un banco, un grupo de amigos etc. Instalados en un territorio para siempre, porque nos han enseñado que arriesgarse es perderlo todo, en lugar de impulsarnos a seguir nuestros deseos como sabio camino de transformación. Los contratos se cumplen por lealtad, pero también por temor a las consecuencias.

Digamos que hay un miedo a ser castigados, a que se cumplan esas predicciones (maldiciones): “Si te divorcias, te mirarán mal”, “si te haces artista, vivirás en la pobreza”. Un acto psicomágico para sanar este tipo de miedo al incumplimiento a lo que los padres ordenaron, consistiría en realizar metafóricamente la predicción, escenificándola delante de ellos. Alejandro Jodorowsky nos dice en sus 10 recetas para ser feliz, “no hay alivio mas grande que comenzar a ser lo que en realidad somos.

Desde la infancia nos imponen destinos ajenos. Es conveniente recordar que no estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios.

fuente/ Nueva Mentes

miércoles, 16 de diciembre de 2015

El hombre, el microcosmos del universo (imágenes de la anatomía oculta)

UNA INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DEL MICROCOSMOS, IMÁGENES Y CITAS QUE MUESTRAN QUE EL HOMBRE ES EL ESPEJO DEL COSMOS Y QUE SU ANATOMÍA ES UNA ESPECIE DE TEMPLO PARA ESTABLECER UNA RECONEXIÓN CON LA DIVINIDAD

Da clic en la imagen para verla en tamaño completo
Sería pues necesario que al participar este todo en un mismo sentimiento y un mismo espíritu sus miembros se correspondieran entre sí, como miembros que vienen a ser de una misma totalidad.
                                                                    Sinesio
Los filósofos antiguos atisbaron una serie de correspondencias entre el cuerpo humano y el universo. Esta relación está en el origen de todo conocimiento esotérico y es en cierta forma un mapa de reconexión o un esquema anagógico (a la vez que analógico), que permite al hombre unirse con la divinidad entrando en ritmo y consonancia con este orden. La idea que se deriva del sistema de correspondencias es que el hombre contiene en su interior el mismo arquetipo que el universo entero y por lo tanto si logra conocerse a sí mismo podrá conocer a Dios, como los místicos han dicho, parafraseando la famosa frase inscrita en el oráculo de Delfos. Decía Paracelso que habían tres libros sagrados: la Biblia, el cuerpo del hombre y el cosmos.
El origen de las correspondencias, esa madeja de hebras luminosas que todo lo abarcan, según la tradición hermética viene de Egipto, donde se dice que existían dos columna o pilares en los que Thot (Hermes, egipcio) había escrito esta sabiduría primordial, antediluviana, la cual habría sido custodiada por los sacerdotes. Según Jámblico en sus Misterios egipcios, Pitágoras y Platón estudiaron las estelas egipcias en el templo de Sais (posiblemente Seth). La fuente principal que la tradición recoge es el texto atribuido a Maneto, el Libro de Sothis (o Libro de Sirio). Maneto fue un sacerdote egipcio, y el texto en cuestión fue citado por el monje Jorge Sincelo, pero ha desaparecido. La mayoría de los investigadores modernos consideran que es apócrifo, algunos investigadores esotéricos, como G. S. Mead, sin embargo, consideran que tiene bases sustanciales. Se dice ahí que Thot (el primer Hermes) inscribió una estela con sus conocimientos en jeroglíficos –para preservar la tradición ante un cataclismo– que luego fueron traducidos. Este sería también el origen remoto de la famosa Tabla Esmeralda del Corpus Hermeticum.
Las expresiones más detalladas, y por momentos abrumadoras, de las correspondencias, seguramente las podemos encontrar en la India de los Vedas, con sus elaborados sacrificios en los que cada elemento corresponde a otro en una red vertiginosa de analogías. El fuego, el soma, el ghee, el poste central, el caballo, todos estos elementos no sólo están conectados con partes del cuerpo, planetas y con divinidades sino que son también un teatro vivo de memoria que narra acciones distantes en los mundos celestes. La otra gran demostración de una intrincada manifestación de correspondencias la podemos encontrar entre los cabalistas y los alquimistas. 
Los primeros, al buscar la creación del golem, crean un monumental edificio de correspondencias siguiendo el principio de que el universo entero fue construido con las 22 letras hebreas: las permutaciones de estas letras en correspondencia con los días de la semana, las 10 emanaciones, las partes del cuerpo, los astros y otros elementos, constituyen un sistema de meditación que es a la vez una especie de plano arquitectónico para construir un templo invisible. Los segundos, para conseguir la piedra filosofal, vinculan los siete metales con los siete planetas y con las siete etapas de la gran obra y de aquí se desprende una serie de correspondencias también con toda la fauna y flora conocida e imaginaria, haciendo una medicina espagírica de la naturaleza, también llamada agricultura celestial. Ambos, el golem y la piedra filosofal, son símbolos de un cuerpo espiritual, de una nave psíquica para alcanzar un nuevo estadio de conciencia y acercarse a la divinidad. Tanto la alquimia como la cábala utilizan el sistema astrológico, cuyos orígenes algunos sitúan en Babilonia, pero que su verdadera raíz es desconocida y seguramente más antigua.
Da clic en la imagen para verla en tamaño completo
Dice Borges sobre la cábala:
La idea del Ser eterno que siempre ha tenido esas 10 emanaciones es de difícil comprensión. Esas 10 emanaciones emanan una de otra. El texto nos dice que corresponden a los dedos de la mano. La primera emanación se llama la Corona y es comparable a un rayo de luz que surge del Ein Sof, un rayo de luz que no lo disminuye, un ser ilimitado al que no se puede disminuir. De la Corona surge otra emanación, de ésa, otra, de ésa, otra, y así hasta completar 10. Cada emanación es tripartita. Una de las tres partes es aquella por la cual se comunica con el Ser Superior; otra, la central, es la esencial; otra, la que le sirve para comunicarse con la emanación inferior.
Las 10 emanaciones forman un hombre que se llama el Adam Kadmon, el Hombre Arquetipo. Ese hombre está en el cielo y nosotros somos su reflejo. Ese hombre, de esas 10 emanaciones, emana un mundo, emana otro, hasta cuatro…
Aryeh Kaplan en su traducción del Sefer Yetzirah (p.193) nos dice que existen 1021 posibles permutaciones de las letras del alfabeto hebreo, “un número cercano al número total de estrellas totales en el universo… así que a partir de las permutaciones del alfabeto, un nombre puede ser formado para cada estrella del universo. Esto en concordancia con la enseñanza de que cada estrella tiene un nombre individual”. Kaplan también menciona: “los comentarios señalan que los ángeles son como almas para las estrellas… y esto también significa que las estrellas y los planetas son como los ‘cuerpos’ de estos planetas’”. Así tenemos esta idea de la correspondencia entre el hombre y las estrellas y los ángeles; Platón en el Timeo menciona también que cada alma está asociada a una estrella. 
“Les Très Riches Heures du duc de Berry”. Da clic en la imagen para verla en tamaño completo
Manly P. Hall en su libro La filosofía de la astrología nos introduce a la visión del microcosmos de Paracelso:
En palabras de Paracelso: “Hay una estrella en el hombre por cada estrella en el cielo”. Y porque hay una estrella en su interior, el hombre puede encontrar su contraparte en el universo; y porque tiene esta estrella en su propia alma, el hombre puede entender y fusionar sus energías racionales y emocionales con las más distantes en los cielos. No puede haber entendimiento entre disímiles. El hombre sólo puede entender lo que él mismo es. Es porque él es todas las cosas que a fin de cuentas puede entender todas las cosas. Este es el gran misterio que enseñaban en los antiguos templos. Es por esta sublime verdad que el ser humano tiene un potencial ilimitado, y contiene en sí mismo la posibilidad de crecer y saber todo.  
robert fludd
Imagen: Robert Fludd
En el budismo podemos encontrar una interpretación distinta de las correspondencias en el concepto de pattica samuppada (la originación dependiente) y en la metáfora del collar de Indra, utilizada en el budismo hua-yen para explicar este mismo concepto. Se dice que quien percibe la originación dependiente ve el Dharma (la ley, la verdad). La idea de la originación dependiente es un tanto compleja pero en resumidas cuentas sostiene que todas las cosas y todos los fenómenos dependen el uno del otro y por lo tanto no tienen una realidad independiente. Todas las cosas dependen la una de la otra y si siguiéramos esta cadena hasta su última causa arribaríamos a la nada o al vacío. La realidad es entonces el vacío mismo o el cuerpo del Dharma, el dharmakaya, que está ligado a su vez con el estado de nirvana y aquello que no ha nacido ni morirá, aquello que es perpetuo devenir. El santo budista Nagarjuna dice que este cuerpo iluminado, también llamadodharmadatu, emerge cuando se purifican todas las aflicciones y los compuestos: es como la mantequilla en la leche que no vemos hasta que no se purifica. Podemos agregar, con una licencia poética que podría ser imprecisa dogmáticamente, que ese cuerpo purificado, ese ghee medular, es la totalidad del universo integrada en la unidad de la conciencia.
Así se describe el famoso collar de Indra:
Lejos en la mansión celestial del gran dios Indra hay una fabulosa red que ha sido colgada por un astuto artífice de tal manera que se extiende infinitamente en todas direcciones. En sintonía con los gustos extravagantes de las deidades, el artífice ha colgado una joya resplandeciente en cada “ojo” de la red, y como la red es en sí misma infinita en dimensión, las joyas son infinitas en número. Ahí cuelgan las joyas brillando como estrellas de primera magnitud, una suprema visión que sostener. Si seleccionamos arbitrariamente una de estas joyas para inspeccionar y la analizamos de cerca, descubriremos que en su superficie azogada se reflejan todas las demás joyas de la red, infinitas en número. No sólo eso, sino que cada una de las joyas reflejadas en esta joya también está reflejando todas las otras joyas, así que hay un número infinito de procesos de reflejo ocurriendo.
778709814
Por último tenemos a la física moderna, que ha encontrado una extraña propiedad en la naturaleza básica de la materia: el entrelazamiento cuántico. Esta propiedad, considerada como una aberración fantasmagórica por Einstein, describe la conexión instantánea que existe entre dos partículas que han entrado en contacto entre sí, no obstante la distancia (una definición muy parecida a la de la magia simpática de James Frazer). El entrelazamiento cuántico sugiere que el universo es no-local, es decir todas las regiones del espacio dependen la una de la otra, lo cual significa un principio intrínseco de inseparabilidad. Según el físico Mark Van Raamsdonk: “El espacio-tiempo es sólo una imagen geométrica de cómo un sistema cuántico se entrelaza”. 
Todas estas ideas, uno conjetura, apuntan desde distintos frentes a la unidad indivisible de la realidad, todas revelan que la multiplicidad y la inconexión son meros juegos de apariencias e ilusiones. Como si observáramos el resplandor de una vela en una casa de espejos multiplicada en miles de reflejos y, sin embargo, es una única luz la que produce todos los reflejos.
fuente/Pijamasurf