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viernes, 2 de diciembre de 2016

Frecuencias a 528 hz con ondas Theta para la reparación del ADN.


La doble cadena de ADN está formada por los nucleótidos, que son pequeñas subunidades que se disponen a lo largo para formar una serie de secuencias que serán conservadas, pues son la fuente de información del ser humano.

Los codones, para entenderlo un poco mejor, son parejas de tres nucleótidos consecutivos que durante el proceso de traducción van a codificar un aminoácido determinado. El siguiente esquema ayudará a entenderlo un poco mejor:

1 nucléotido = Ribosa + Fosfato + Base Nitrogenada*

Los codones son identificados como la unidad de de código genético que deciden qué aminoácido va a incorporarse en la síntesis de una proteína que conforma una célula.

El proceso de síntesis en el ser humano se inicia con un codón de arranque que es siempre el mismo y viene definido por la secuencia AUG (en bacterias, la secuencia GUG también está permitida). Cuando la síntesis se ha llevado a cabo, un codón de parada representa la señal de que la traducción genética ha llegado a su fin y se completa el proceso.

64 codones y 20 aminoácidos

64 codones y 20 aminoácidos

Lo curioso es que existen fragmentos de ADN que NO codifican para ninguna proteína y es algo ya verificado por sucesivas investigaciones en genética (puede comprobarse en cualquier libro sobre genómica, biología molecular o abstracts de journals o revistas científicas). Una persona adulta solamente es capaz de codificar el 7% de la información de su ADN. Hay 64 codones pero sólo 20 aminoácidos.

¿Y qué pasa entonces? ¿Estamos desaprovechando información del ADN?

La respuesta es SÍ. El ser humano dispone de codones que NO están activos, y por tanto, no representan una señal para la síntesis de ninguna proteína. Estos codones se les conoce bajo el nombre de intrones.

Tras esta introducción básica sobre el funcionamiento de la genética humana, algunos grupos de estudio han experimentado con frecuencias de onda para producir una activación de los intrones y “despertar” parte de la información retenida en las cadenas de ADN.

La siguiente muestra contiene una mezcla binaural de ondas theta y frecuencia a 528 Hz, de la cuál se piensa que está relacionada con la activación de intrones y reparación del DNA celular. A este efecto producido se le denomina la frecuencia del amor.

Este sonido binaural tiene una duración de 62 minutos y debe ser escuchado con auriculares para potenciar aún más su efecto. Su distribución se ha hecho pública a través de diversos portales de internet pero pertenece a la base de datos de in5d.com.

Es un sonido relajante, de profundidad y con un efecto sonoro de pequeña campana que se repite cada cierto tiempo para mantener a nuestro cerebro activo y pueda importar la información que le está llegando.




fuente/sonidosbinaurales.com


lunes, 14 de julio de 2014

Ana Maria Oliva, ingeniera industrial, doctora en Biomedicina y terapeuta será ponente en el Congreso Sabiens nº6 2014 (dias 4 i 5 de octubre en Principado de Andorra)



Ingeniera Industrial, Master en Ingeniería Biomédica (Premio Extraordinario) y Doctora en Biomedicina. Directora del Instituto Iberoamericano de Bioelectrografía Aplicada. 

Con amplia formación en terapias naturales. Profesora de la Universidad de Barcelona. Investigadora sobre la efectividad de determinadas terapias naturales sobre pacientes con patologías diversas. Formadora oficial en Bioelectrografía GDV / Bio-Well. 


Reciente entrevista realizada a Ana Maria Oliva en la Contra de la Vanguardia

Ana María Oliva, ingeniera, doctora en Biomedicina y terapeuta

"Cada pensamiento cambia tu biocampo electromagnético"

Mi célula más vieja tiene cinco años y mi alma es eterna. Soy de Barcelona. Soy ingeniera industrial y doctora en Biomedicina por la UB. Estoy casada y tengo dos gemelos, Rubén y Matías (2). ¿Política? ¡Bien común! ¿Creencias? Si no ves a Dios en todo. . . , no lo ves en nada.

Las investigaciones de Konstantín Korotkov, doctor en Física y catedrático de la Universidad de San Petersburgo, confirman el biocampo, objeto psicofísico visible con imagen electrofotónica. Eso hace cada día la doctora Ana María Oliva, que ha llegado ahí tras una vida de búsqueda y experimentación, como explica en Lo que tu luz dice (Sirio), libro a la vez divulgativo e inspirador sobre esta frontera de la ciencia, que le ha enseñado a autorregularse modulando pensamientos y actitudes. Y la más saludable consiste en saber que estás aquí para algo…, y que es bueno. Oliva habla de esto el viernes 27 en el Festival Jiwapop de Música y Consciencia (Jiwapop.com).
 
¿Soy luz?
Materia implica energía, mesurable: frecuencias de onda, invisibles unas, visible otras… ¡Luz!

Pues no me la veo.
Su intensidad es baja…, pero podríamos verla si nos entrenásemos.

¿El aura?
Un campo bioelectromagnético. Lo generan los intercambios eléctricos de nuestros átomos y células. Desprendemos biofotones.

¿Está viendo mis biofotones?
No a simple vista, no me he entrenado. Pero podemos verlos mediante este dispositivo.

¿A ver?
Coloque un dedo aquí. Ahora otro. Otro. Ya están los diez, bien. Mire la pantalla, ¿ve?

Una corona luminosa en cada yema.
¿Ve los rayos, unos más largos, otros tan cortos, algunos agujeros…? Indican la energía de sus órganos internos en sus funciones.

¿Todo mi organismo en mis dedos?
Como el universo, eres hologramático: cada parte contiene la información del todo.

¿Y qué hace ahora?
La información arroja el estado de tu biocampo corporal, plasmada en esta fotografía, esta imagen electrofotónica.

¿Mi aura…? ¿Y qué ve en ella?
Vigila tu páncreas, tiroides, colon y aparato urogenital. Y veo triste tu corazón.

Vaya… ¿Es un método diagnóstico?
En Rusia está legalmente aceptado, aquí es sólo una técnica de evaluación del estado energético del organismo.

¿Qué cosas ha electrofotografiado?
Cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, hay un estallido de luz. Cuando una bacteria muere, un relampagueo. Una señal violeta antecede a toda mitosis celular…

¿Y en el cuerpo?
Hay más desprendimiento biofotónico en enfermedades: el organismo está intentando corregir algo. He hecho experimentos sobre estas variaciones biofotónicas…

¿Por ejemplo?
Si tu móvil recibe llamada, la señal interfiere en tu aura, la merma. Si te cuentan algo agradable, se compensa.

¿En serio?
Sorprendente: si empuñas un vaso con licor, tu aura se resiente. Si lo bebes, más aún.

¿Antes de beber… hay ya un efecto?
Sí. El campo energético del licor altera tu biocampo. Y si alguien te llama “imbécil”, altera también tu bioelectromagnetismo.

¿Lo ha observado?
Medido y fotografiado, ¡incluso si es un insulto sin intención de dañar!

¿Tanto poder tienen las palabras?
Yo antes era muy bruta: por inseguridad, me protegía con un lenguaje duro. Un día, parodiando y burlándome de los que hablan suave, empecé a decir “dime, amor”, “hola, cariño”, “bonita, cielo”… ¡Y… cambié!

¿Cómo cambió?
¡Se dulcificó mi carácter! Ahora llamo a todo el mundo “corazón”… ¡y me hago bien!

Y al otro también.
Si estás junto a una persona serena y armónica, ¡te sientes mejor! Lo habrá notado…

Lo noto ahora.
Escuchar una canción, ver un color, presenciar un telediario, lo que comes…, todo modifica tu biocampo. Y lo que piensas.

¿Ah, sí?
Lo que piensas influye en tu biología. Por eso es importante guiar tus pensamientos. Tu sistema de creencias te construye.

Un ejemplo.
“¡Mira lo que me ha hecho mi novia!”, se me lamentó un joven alumno. Me hinchó la cabeza tanto que medí su biocampo y se lo enseñé: muy alterado y dañado. Entendió: estaba dañándose con sus pensamientos.

¿Qué le había hecho su novia?
Colgar una fotografía sexy en internet.

Bah.
Es muy saludable relativizar tu sistema de creencias, distanciarte y parar de sufrir.

Ojalá fuese tan fácil.
Tras todo sufrimiento hay una creencia equivocada. Nos han enseñado que si alguien sufre…, sufras con él. ¡No! Así sólo duplicas el sufrimiento del mundo. ¡Intenta estar tú bien! Y, sereno, centrado, acude junto al que sufre. Eso sí puede ayudarle.

¿Quiérete a ti mismo, primer mandamiento del bienestar?
Sí. Ámate. Si amas, todo estará bien para todos. Si te gustas mucho haciendo algo, ¡ve por ahí, alimenta eso! Sé fiel a tu corazón. Eres único. Enamórate de ti. Brillarás. Y eso bendecirá a la gente de tu entorno.

¿Una sonrisa cura?
Si sonríes, todo te sonreirá. Cuando más te cueste, ¡sonríe!

¿Cómo es el aura de una persona saludable?
Armónico, homogéneo, sin grandes congestiones, fugas ni agujeros. Lo biográfico deviene biológico.

Pero si te sucede una desgracia…
Pues piensa que todo, aunque parezca malo, ¡es para que aprendas algo! Piensa que todo es para bien. Y lo será. Confía en la vida, y lo tendrás todo.

Bello consejo. Despídame con algún otro.
¡Haz lo que te haga feliz! Y entonces tu luz será muy bonita.

Fuente: La Contra