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martes, 29 de mayo de 2018

Alquimia. ¿Sabes por qué enfermas?

Paulo Coelho decía lo siguiente: Para eso existe la Alquimia... Para que cada hombre busque su tesoro, y lo encuentre, y después quiera ser mejor de lo que fue en su vida anterior. Gran reflexión sin duda alguna.

Pues sobre este tema precisamente tratará Ferran Prat de Sabiens con el Alquimista Pasador de Almas Antoni Cristòfor.

Descubre un poco más sobre tu Alquimia y quizás sabrás porque enfermas.



fuente/Sabiens

jueves, 27 de julio de 2017

La Enfermedad es una Oportunidad de Cambio según el Doctor Juan Camilo Botero.

El Doctor especialista en Oncología y Medicina Antroposófica -Juan Camilo Botero- nos dará mucha información de como combatir las células normales cuando convierten en cancerosas y empiezan a dividirse diseminándose por el cuerpo. Si quieres entender la enfermedad como una oportunidad de cambio, te invitamos a escuchar este programa sobre la otra realidad del cáncer.

Como siempre, que cada uno saque sus propias conclusiones...


lunes, 25 de abril de 2016

ALMA. La enfermedad como mensaje del Alma.


Cual es el origen de muchas enfermedades? La enfermedad es un mensaje del alma.

Si últimamente te pones enfermo con mucha facilidad, incluso sin estar expuesto a nada, debes empezar a pensar que tal vez tu cuerpo te esté intentando enviar algún tipo de mensaje.

No solo debemos cuidar nuestro exterior, ya que nuestro interior también tiene mucho que ver en nuestra salud. Es por eso por lo que cuando hay síntomas físicos de que algo no está bien, con mucha asiduidad, tal vez debas resolver algo que te está atormentando.

La enfermedad es el mensaje del alma, así que préstale atención y nunca intentes ignorarla.

Pulmones y vías respiratorias.
Si tu enfermedad afecta a tus pulmones o a tus vías respiratorias, impidiéndote así respirar con normalidad, está claro que hay algo que te está aprisionando en vez de liberarte.

¿Qué es lo que te impide ser libre? ¿Qué es lo que te está impidiendo expresarte?

Hay unas cuerdas que te están atando y de las que crees no poder liberarte. Es importante que reflexiones sobre si hay alguna persona en tu vida que te está asfixiando, si hay algo que te está impidiéndote expresar lo que quieres sacar fuera de ti.

Hay algo que tienes dentro y que no logras liberar.


Corazón
Si la enfermedad que estás padeciendo te afecta al corazón, no lo dudes, hay algún problema relacionado con el amor. Tal vez estés sufriendo por alguien o, incluso, te encuentres dentro de una relación o un amor tóxico. En tu corazón debería haber equilibrio, pero ahora mismo tan solo hay desequilibrio y dolor.

Que los problemas afecten a nuestro corazón implica que ocurre algo con nuestros sentimientos. Fíjate si tienes algún límite para expresar tus sentimientos, si tienes miedo a ser herido y te encuentras cerrado en banda hacia el amor. Aprende a amarte a ti mismo, libérate de las garras de la dependencia.

Estómago
Cuando tu estómago es el que está afectado en este caso, hay una situación o una persona a la que te está costando digerir, por el motivo que sea.
Si estás sufriendo dolores de estómago piensa en lo que estás viviendo. Quizás exista alguna dificultad para adaptarse a algo o a alguien, tal vez haya una resistencia a ideas nuevas o algún tipo de intolerancia. Descúbrelo para poder solucionarlo.


Piernas
Las piernas son las encargadas de llevarnos allá donde deseamos. Es por esto por lo que se encuentran ligadas a avanzar, a cómo hacerle frente a nuestro futuro. ¿Qué ocurre entonces si nos duelen?. Puede que tengas miedo a un futuro incierto y que estés postergando todo lo que tienes en tu presente para ese futuro. Debes vivir el momento.

Otras partes del cuerpo:
Hay muchas otras partes de nuestro cuerpo que pueden indicar algún tipo de problema que afecta a nuestro bienestar y a nuestra paz interior:

Rodillas: ligadas al orgullo, manifiestan que nos doblegamos a nuestro ego.

Pies: ligados al aquí y el ahora, indican que debemos seguir avanzando, que necesitamos apoyo y que debemos mantener los pies en la tierra.


Manos: problemas con dar y con recibir, tal vez des demasiado a quien no lo merece, a veces debemos ser algo egoístas con nosotros mismos.

Cadera: clama que hay falta de confianza, inseguridades, miedos que deben ser superados. Suele manifestarse su dolor cuando nos encontramos perdidos, sin una dirección que seguir.

Espalda: si cargas con muchos problemas, estos se manifestarán en tu propia espalda.

Cabeza: si piensas demasiado en vez de actuar o tienes preocupaciones que no logras solventar, tu cabeza será la primera afectada.


Cualquier problema que haya en nuestro interior se manifestará, sin duda alguno, en nuestro exterior.

Si has estado enfermo con mucha asiduidad y no sabes porqué motivo, es importante que mires en tu interior porque ahí puede que halles la respuesta. No te fijes solo en lo externo. Cultivar tu bienestar interior será lo que te permita estar saludable.

fuente/ Barcelona Alternativa


sábado, 23 de abril de 2016

El origen psicosomático de las enfermedades: estrés, trauma, alianzas con los padres y bloqueos energéticos.

“Existen enfermos, no enfermedades”, dice la frase popular como un recurso para abordar una cualidad un tanto misteriosa propia de las enfermedades; específicamente que por los mismos métodos y con los mismos medicamentos no se obtienen siempre los mismos resultados.
La medicina en su práctica cotidiana no es una ciencia exacta —o al menos aún no logra descifrar del todo los secretos del cuerpo humano para poder predecir con exactitud la respuesta a un tratamiento en todas sus aristas (esto es tomando en cuenta efectos colaterales y bajo una perspectiva holística). Uno de los aspectos más elusivos que se presenta en el estudio del cuerpo humano y su homeostasis tiene que ver con factores de acción psicosomática o psicobiológica, muchas veces responsables de que una persona no sane pese a que se le ha aplicado un método teóricamente funcional y responsables también de la cronicidad de ciertas enfermedades que llegan a ser “incurables”. Podemos decir que cada enfermo, cada cuerpo es un universo, pero sobre todo porque cada mente es un universo —de aquí el factor particular e impredecible que genera ruido en la medicina.
“¿Y acaso no es más grande aquel que cura el alma, que es más que el cuerpo?”
-Paracelso.Hay una tendencia cada vez más marcada en la ciencia moderna a aceptar que las enfermedades son padecimientos integrales que deben también tomar en cuenta entre sus causas la intercomunicación del sistema mente-cuerpo. La forma principal en la que la medicina ha incorporado este factor “mental” tiene que ver con el estrés. El psicólogo Walter Cannon acuñó el término en su acepción moderna para referirse a aquello que perturba el estado de equilibrio del organismo o homeostasis —término que también acuñó siguiendo el concepto de milieu intérieur de Claude Bernard, bajo la hipótesis de que existe una especie de estado de equilibrio o unidad interior que podríamos llamar salud (en inglés la palabra “health” (salud) se deriva de la raíz anglosajona “hal”, la misma de la que proceden “whole” (entero), “holy” (sagrado) y “heal” (sanar).
Hans Seyle fue la primera persona en reconocer la existencia del estrés biológico con sus efectos nocivos. Seyle entendió el estrés como la respuesta de un organismo que intenta adaptarse a un agente externo que perturba su equilibrio. En un experimento con ratones notó que al inyectarles extractos de varios órganos éstos generaban una sustancia glandular. Seyle creía que había descubierto una nueva hormona, pero luego observó que no obstante el tipo de sustancia irritante que les inyectaba se producían los mismos síntomas – mismos que había identificado en personas con diferentes enfermedades. El trabajo de Seyle culminó en lo que llamó el”Síndrome de Adaptación General”, un término universal para las enfermedades y “una teoría de cómo el estrés mental o físico es convertido en ‘problemas psicosomáticos” por las hormonas del “eje hipotálamo-pituitaria-adrenal’ del sistema endócrino.
La liberación de glucocorticoides (como el cortisol) y neurotransmisores vinculados al estrés (como la noradrenalina) biológicamente tiene la función de protegernos al implementar una respuesta de huida o lucha, la cual es muy útil, al generar químicos que nos permiten reaccionar con velocidad, cuando estamos en una situación de peligro. Este instinto es parte de una herencia biológica que actualmente quizás nos es un poco contraproducente – al no enfrentar comúnmente tigres dientes-de-sable o mamúts que atenten con nuestras vidas en las calles. El problema yace en que liberar estos químicos coloca a nuestro cuerpo en un estado de extrema (aunque ágil) tensión – fuerza la máquina, por decirlo de manera coloquial – lo cual si se repite mucho tiene varios efectos colaterales, el más obvio: la fatiga.
¿Si no enfrentamos cotidianamente peligros de vida o muerte, por qué producimos estas descargas hormonales in extremis? Principalmente porque nuestra mente de cualquier forma encuentra estos peligros, o sus sucedáneos más civilizados y abstractos, en el mundo que la rodea. Uno podría decir que la mente se inventa predadores fantasmas – a diferencia de los sobresaltos de la selva que en su intensidad tenían un pronto desenlace, los predadores modernos son generalmente lentos y obsesos roedores psíquicos que no acaban de amenazar y que van horadando nuestra constitución. Este es el caso del estrés crónico en la modernidad.
En el caso del trauma – que podríamos llamar improntas de estrés agudo – podemos pensar, ahí sí, en encuentros con paralizantes predadores que de un sólo golpe marcan nuestra psicobiología y desatan una constante respuesta, aunque ya ralentizada, de químicos defensivos o estresantes – esos predadores paralizantes, paradójicamente, muchas veces son nuestros padres o personas cercanas. Lo anterior revela que lo único que necesita la mente, en su interacción con el medio ambiente, para desencadenar toda la secuela del estrés es información – información que la perturba, la inquieta o la excita. Esta información – que la mente reconstruye al percibir – es traducida en energía – o en bloqueos de energía – en el cuerpo, a través de las señales que emite el cerebro.
Hoy sabemos que numerosas enfermedades y padecimientos están directamente relacionados con el estrés: la úlcera, los problemas del corazón, depresión migrañas, gripes y problemas respiratorios, estreñimiento y otros problemas digestivos. Pero es posible que la mayoría de las enfermedades estén en alguna medida relacionadas con el estrés o factores psicosomáticos. El estrés debilita el sistema inmunológico al secretar químicos como el cortisol —con el propósito de redistribuir la energía del cuerpo a órganos que en una situación crítica requieren mayores recursos, como el cerebro y el corazón, se suprime el sistema inmunológico. Cuando esto se repite mucho el cuerpo se vuelve vulnerable a todo tipo de ataques inmunológicos.
El estrés también inhibe la producción de citocinas, las proteínas encargadas de la comunicación intercelular y de regular los mecanismos de inflamación: es por eso que el estrés retarda la sanación de las heridas (un estudio mostró que personas que reportaban tener problemas con su pareja tuvieron mayor propensión a enfermarse y tardaron más sanar heridas físicas). En cierta forma podemos concluir que el estrés, que en la actualidad se genera principalmente debido a la forma en la que la mente evalúa la realidad que lo rodea (un juicio que angustia o una incapacidad de relajarse, de no reaccionar y aceptar los estímulos y la información del medio ambiente sin defenderse) es el factor central en provocar una corto circuito entre las respuestas homeostáticas naturales del cuerpo, interrumpiendo la fluidez de la comunicación celular y los mecanismos de autosanación (o autorregulación). Ahora indaguemos más sobre por qué nuestro entorno, que ha sido sanitizado por la ciencia y acomodado por la tecnología, de cualquier forma nos genera cantidades exorbitantes de estrés.

estres
Comentario: Recomendamos ver este vídeo animado donde se demuestra cómo el estrés tiene un efecto en todas nuestras células.
¿La infancia es destino? Trauma, abuso y determinismo psicológico
Una lectura somera del trabajo de Sigmund Freud nos remite a la creencia extendida de que lo que nos sucede en la infancia de alguna manera marca —hasta indeleblemente— el desarrollo de nuestra vida, como si en ese campo tierno que es la infancia las heridas se grabaran con más fuerza. Freud, por supuesto, introduce el concepto del inconsciente, el cual se convierte en la fuente de nuestras conductas, ocultando su primera causa. De esto podemos extrapolar el entendimiento de Jung de que hasta que el inpiduo no hace consciente la mayor parte de los detritos psíquicos que lo componen, su vida se desdoblará como una especie de esclavitud de su inconsciente, al cual “llamará destino”. Bajo la concepción de Jung podemos decir que el estigma de lo que nos ocurre, que motiva secretamente todos nuestros actos —y de ahí el lapsus y la fobia—, es “indeleble” siempre y cuando permanece inconsciente y no ha sido integrado.
Esto nos lleva a reflexionar sobre el “determinismo”, el libre albedrío y la capacidad de liberarnos de las taras de nuestra psique profunda(hereditarias o infantiles). Evidentemente este es un tema que no puede abordarse en un par de párrafos. Aquí nos concentraremos en la relación que tienen los acontecimientos psíquicos, principalmente los de la infancia, con el desarrollo de enfermedades y en si existe la posibilidad de modificar el curso determinista de los mismos.
Que lo que nos ocurre en la infancia afecta profundamente nuestra vida resulta intuitivo, casi como una cadena de causa y efecto, pero hasta hace poco no había sido comprobado. Un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal de Lausanne mostró que el abuso físico y psicológico, y el abandono o la muerte de un ser querido tienen una correlación con los niveles de estrés en la adultez. Este es básicamente el mecanismo operativo del trauma.
La investigadora Carmen Sandi dijo al sitio La Tercera que los resultados de su estudio “demuestran que la exposición al estrés durante los primeros años de vida conduce a un aumento de los comportamientos agresivos y también a alteraciones en la actividad cerebral”. Sandi, sin embargo, considera que, pese a esta predisposición neurológica, es posible reprogramar “los comportamientos y las funciones cerebrales que fueron dañadas por la exposición temprana al trauma” a través de fármacos combinados con una terapia cognitiva.
Comentario: Sin embargo, como hemos mencionado anteriormente en SOTT, muchas veces los fármacos hacen más daño que bien a nuestra salud mental, especialmente los dichosos antidepresivos o ansiolíticos. 
En este punto podemos hablar acerca de la neuroplasticidad, término que se refiere a cómo nuestro cerebro tiene la capacidad de cambiar y adaptarse como un resultado de la conducta y la experiencia. Lo que significa que no estamos predestinados a cargar siempre con nuestros traumas pasados, tenemos la capacidad de re-programar nuestro cerebro hacía una vida más sana.
En esta conferencia el Dr. Joe Dispenza nos explica cómo las neuronas tienen la capacidad de guardar y compartir información unas con otras. Cada vez que se adquiere un nuevo conocimiento, se crea una conexión sináptica, por ejemplo. El doctor habla también sobre cómo por los simples pensamientos de estrés anticipados que tengamos el cuerpo reacciona de una forma defensiva.
El estudio muestra que existe una programación epigenética, un factor ambiental —en este caso un estrés agudo—, que es capaz de programar el cerebro para predisponer conductas y afectar la expresión de ciertos genes (en un artículo previo vimos lo que es el campo epigenético: el cual modula la expresión de algunos de nuestros genes en su interacción con el medio ambiente, nuestros hábitos, alimentos y posiblemente incluso nuestras emociones).
El sitio La Tercera también cita un estudio de la Universidad de Ohio en el que se descubrió que personas que fueron expuestas a trauma infantil vivieron entre 7 y 15 años menos que personas que tuvieron una infancia menos problemática; el mismo grupo mostró tres veces más riesgo de derrame cerebral en el caso del trauma. Los investigadores creen que esto se debe a que el estrés afecta el desarrollo normal de un inpiduo.
El eminente médico Franz Alexander, padre de le medicina psicosomática y de la criminología psiconanalítica, encontró un interesante patrón entre los niños que contraían hipertiroidismo. Aquellos que manifestaron esta enfermedad hormonal mostraron la tendencia de identificarse con un padre, generalmente la madre, debido al abuso o al rechazo del otro. “Estos pacientes no pueden superar su ansiedad recurriendo a sus padres por ayuda. Sus necesidades dependientes son constantemente frustradas debido a sus circunstancias o por las actitudes parentales, por la pérdida o por el rechazo, así como por conflictos más complejos que involucran culpa”.
Esto generalmente provoca una identificación con alguno de los padres y posiblemente una alianza a través de la enfermedad. La enfermedad puede ser vista no sólo como una forma de llamar la atención, es también una búsqueda del amor carente, y en ocasiones una forma de solidarizar con la enfermedad o muerte de uno de los padres. En su misterio, que a veces parece operar como una fuerza antagonista destructiva, el inconsciente llega a hacernos enfermar, paradójicamente, en una pulsión cuyo motivo es el amor (thanatos y eros se entrelazan y confunden en un baile de máscaras en nuestra mente).
¿Cuál es el origen o la causa primera de una enfermedad? Esta es una pregunta que nos deja perplejos ante una serie casi infinita de instantes concatenados con sus respectivas respuestas psíquicas. ¿Fue aquel día remoto que vimos a nuestros padres pelear? ¿Fue la angustia que sentimos al no sentir, por predisposición neurológica o azar, el amor de nuestra madre al salir del vientre? ¿Fue el abuso físico o psicológico que sufrimos de parte de uno de nuestros tíos, primos o padres? ¿O quizás algo menos explícito y más enigmático, simplemente una temprana interacción con el medio ambiente que no pudo ser encauzada, y que generó una serie de secuelas, hasta la cronicidad?
Y, por supuesto, ¿posibelmente fue el determinismo de una cadena genética, que por generaciones no ha logrado sanar una cuita, un malfuncionamiento, pero que quizás nosotros podríamos sanar, y modificar su expresión por medios epigenéticos?
Llegamos aquí una fuente quizás más remota en la cual el karma, la reencarnación y la posible existencia de un espíritu que amalgama la multiplicidad de nuestra existencia se entroncan con la genética. ¿Es posible que nuestras enfermedades vayan más allá de nuestro cuerpo actual y se remonten a una especie de nudo psíquico propio de nuestro linaje (la enfermedad como un fantasma en un laberinto)?
Sinceramente esto supera mi entendimiento y lo refiero aquí solamente porque me parece una posibilidad, entre otras – y dentro de la esencia misteriosa de una enfermedad, de aquello que impide el pleno funcionamiento de nuestra voluntad psicofísica, no es del todo implausible que esos agentes externos estresantes provengan de regiones distantes y de dimensiones invisibles u ordinariamente imperceptibles.
Relajación, placebo, autosanación e hipnosis
“Toda enfermedad es el resultado de vida psíquica inhibida… El arte del sanador consiste en desatar el alma, para que pueda fluir a través del agregado de organismos que constituyen cada forma particular. La sanación verdadera ocurre cuando la vida del alma puede fluir sin impedimento ni represión a través de todos los aspectos de la forma”
Djwahl Kul.Hasta ahora hemos esbozado una teoría de cómo la mente, en su interacción con el medio ambiente, puede generar un proceso de enfermedad, ligado fundamentalmente a la detonación de mecanismos de defensa químicos que, de manera crónica o aguda, llegan a convertirse en agentes tóxicos para el funcionamiento de un organismo. Ahora veamos como la misma mente —o el software de la biocomputadora humana— también es capaz de desencadenar un proceso de sanación.
Los mecanismos por los cuales se produce la sanación psicosomática son menos conocidos que los mecanismos por los que se produce la enfermedad psicosomática. Fundamentalmente se sabe que aquellos factores que inhiben la hormonas relacionadas con el estrés, generando estados de relajación, son los responsables de propiciar estados benéficos para la salud. La relajación puede ser entendida entonces como el opuesto psicosomático del estrés, pero su definición está dada justamente en relación al estrés y no tanto por sí misma. Los beneficios de prácticas como la meditación, el neurofeedback, el yoga u otras disciplinas tienen que ver fundamentalmente con promover la relajación y reducir el estrés.
Otra de las formas en las que se entiende la sanación psicosomática tiene que ver con el efecto placebo. Hoy sabemos por numerosos estudios médicos que el placebo es algo recurrente, pero no conocemos a ciencia cierta como es que opera. Existen, sin embargo, algunas pistas dentro del incipiente campo de la psiconeuroinmunología. El trabajo del hipnotista Ernest Lawrence Rossi es en este sentido uno de los grandes referentes. En su libro “The Psychobiology of Mind-Body Healing”, Rossi relata el caso de un paciente, el Sr. Wright, quien mostró una radical respuesta al placebo (el caso fue documentado por el Dr. Phillip West).
El Sr. Wright tenía numerosos tumores del tamaño de órganos y se le pronosticaba apenas unas semanas de vida cuando escuchó sobre un nuevo medicamento para tratar el cáncer llamado “Krebiozen”. Entusiasmado, convenció a su médico para que le administrará este medicamento. Desde antes de recibir el medicamento el Sr. Wright ya mostraba un talante de radical mejoría y después de que se le administrará una inyección en un plan de diez días, sus tumores habían prácticamente desaparecido. Dos meses después reportes en la prensa sobre el Krebiozen hacían referencia a que las pruebas clínicas no habían obtenido buenos resultados. Esto inmediatamente deprimió al Sr. Wright, quien volvió a desarrollar tumores. Pero el Dr. West había detectado lo sucedido y le comentó que los medios estaban desinformando y que había una nueva cepa de la medicina de mayor potencia. La recuperación de su tumor terminal fue aún más dramática. El Sr. Wright se mantuvo dos meses sin síntomas, pero lamentablemente un reporte de la Asociación de Médicos de Estados Unidos llegó a sus manos en el que simplemente determinaba que este fármaco era inútil. Poco después murió.
Rossi escribe sobre el proceso de placebo:
“Obviamente, el sistema inmune del Sr. Wright debió de haberse activado por su creencia en la cura. La rapidez increíble de su sanación sugiere que sus sistemas autonómico y endócrino debieron de responder fácilmente a la sugestión, permitiendo que movilizara sus torrente sanguíneo con una increíble efectividad para remover fluidos tóxicos y desechos del cáncer en rápida disminución[…] Ahora sabemos mucho mas del ‘sistema límbico-hipotalámico’ del cerebro como el gran conector entre mente y cuerpo que modula la actividad de los sistemas autonómicos, endócrnos e inmunes en respuesta a creencias y a sugestión mental”.
Para Ernest Lawrence Rossi este proceso de conexión y modulación mente cuerpo puede entenderse a través de un mecanismo de transducción. Todos los procesos físicos y psíquicos son manifestaciones o transformaciones de información. La transducción hace referencia a que no sólo la materia y la energía son convertibles, también la información se transforma en materia y energía. Es de esta forma que un fenómeno psíquico llega a somatizarse y también a desencadenar – por una orden generalmente inconsciente— un proceso de sanación o una respuesta placebo. Probablemente de la misma forma que el estrés desencadena una cascada bioquímica en el cuerpo, la relajación también produce una descarga de hormonas y neurotransmisores, en este caso algunos más benignos, tal vez oxitocina, serotonina y dopamina.
De manera muy básica podemos entender que en directa oposición a la cronicidad del estrés opera la habituación a la relajación. Así prácticas como el yoga, la meditación, el ejercicio y las relaciones humanas íntimas pueden actuar en directo detrimento de las enfermedades.
La hipnosis, según Rossi, es capaz de sanar ya que la memoria y el aprendizaje dependen de un estado. Un ejemplo de esto es cómo en ocasiones solo nos acordamos de ciertas cosas cuando vivimos algo similar o estamos en un estado mental similar. Al acceder a esta memoria que depende de un estado psíquico – accedemos a una especie de archivo oculto dentro de nuestro sistema operativo que sigue corriendo y podemos reprogramarlo.
El campo de la sanación psicosomática y de la psiconeuroinmunología apenas está siendo explorado y podría ser el futuro de la medicina. Una medicina holística y multidimensional que reconozca el poder de la mente. Quizás estos procesos de sanación acelerada que en ocasiones logra detonar el placebo (“el doctror interno”) puedan ser detonados a voluntad. Estaremos más cerca entonces de hackear el sistema operativo de nuestra mente inconsciente y de instalar al espíritu en la cabina de piloto con plena facultad ejecutiva.
Por Alejandro Martínez Gallardo
Pijamasurf
es.sott.net

viernes, 15 de abril de 2016

Un Nuevo Pensamiento de Vida



Mark Twain es considerado por muchos como uno de los escritores más importantes en la historia de la literatura Norteamericana, y creemos que no se equivocaban, ya que este hombre no solo fue un escritor de lujo, sino también un libre pensador que, aún hoy, nos sigue sirviendo como fuente de inspiración para ver y vivir la vida de una forma completamente nueva y distinta.


1. La edad está en la mente antes que en cualquier otro lugar.

“La edad es una cuestión de mente sobre materia. Cuando no te importa, simplemente no te importa.”

Con estas palabras, Twain nos intenta decir que la edad es solo un número, algo material, algo que no nos define ni define la vida que debemos vivir. Esto quiere decir que una persona de edad avanzada puede tener un espíritu joven, y que las limitaciones que imponemos sobre algunas edades, con excepción de las físicas, solo están en nuestra cabeza.

Este consejo no solo tiene que ver con la edad sino también con la confianza en uno mismo. Cuando tenemos un problema o un conflicto interno, es imposible no reflejarlo y transmitirlo a las personas que están a nuestro alrededor. Recuerda que cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, podemos dar y recibir también lo mejor de los demás.


2. El humor es una de las cosas más importantes

“El humor es la bendición más grande de la humanidad.”
“Nada se resiste a un ataque de risa.”
Algo tan simple como la risa puede ser una de las experiencias más gratas del ser humano. Sin humor y sin sonrisas, la vida perdería sentido, y aunque es verdad que existen otras cosas agradables más allá de la risa, todo es mucho más lindo y positivo cuando viene acompañado de una buena dosis de ellas. Además de mejorar nuestro humor y nuestras relaciones interpersonales, la risa es excelente para la salud.


3. El enojo trae más daños que beneficios

“El enojo es un ácido que puede hacer más daño al recipiente que lo contiene que a cualquier cosa sobre la que sea derramado.”
¿Quién no ha experimentado enojo alguna vez en su vida? Lamentablemente, éste es un sentimiento que todos hemos vivido en algún momento. Sin embargo, existen formas de controlarlo para evitar que se interponga en nuestro camino. Cuando pensamos constantemente en nuestro enojo, lo único que logramos es alimentar ese círculo vicioso de negatividad y opacar todas las cosas buenas que nos han pasado durante el día. Por eso, la próxima vez que te enojes con alguien, deja que el tiempo pase y concéntrate en las cosas positivas que te hacen feliz.


4. El mundo no nos debe nada

“No vayas por la vida diciendo que el mundo te debe algo. El mundo no te debe nada, estaba aquí primero.”
Muchos de nosotros en ocasiones tendemos a pensar que el mundo y la vida nos deben algo: dinero, un buen trabajo, felicidad, etc. Sin embargo, estos sentimientos solo causan frustración, amargura, enojo y resentimiento. Olvídate de estas expectativas, nada en la vida es regalado, recuerda que todo lo que nos sucede en la vida es producto de nuestras decisiones, nuestro trabajo y nuestro esfuerzo. 


5.  Tener una idea nueva no es un crimen

“Una persona con una idea nueva es un loco hasta que triunfa.”
Cuando tu visión y tu opinión difieran con las de la mayoría de las personas, espera diferentes reacciones. Algunos te apoyarán, otros te ignorarán y otros tratarán de tirarte abajo. Por lo general, las personas que tienen problemas para admitir opiniones o posturas contrarias a las suyas, tienden a reaccionar de forma agresiva porque sienten que sus ideas están siendo amenazadas. No dejes que las opiniones negativas te afecten y recuerda que lo que hoy parece una locura, en un futuro puede ser un éxito, la única forma de saberlo es probando.


6. No dejes que tus pensamientos se vuelvan negativos

“Elimina los problemas de tus pensamientos… por las orejas, por los tobillos o de cualquier otra forma que puedas.”
Si lo único que hacemos es pensar en nuestros problemas y preocupaciones en vez de apreciar todas las bendiciones que tenemos, rápidamente adoptaremos el hábito de la negatividad. !y qué mal hábito!  La actitud positiva es una de las mejores cualidades que una persona puede tener, ya que de esta forma nuestros proyectos y las relaciones con el mundo que nos rodea se vuelven mucho mejores. A pesar de que la vida está llena de desafíos y obstáculos que ponen a prueba nuestra fortaleza e integridad, con una actitud positiva, puedes estar seguro de que nada te vencerá.


7. También preocúpate por los demás

“La mejor forma de levantar nuestro ánimo es levantando el ánimo de alguien más.”
Ayudar a los demás no solo nos hace mejores personas, sino que también atrae energía positiva y buena voluntad por parte de las personas que nos rodean. No somos los únicos con problemas, y definitivamente debemos estar agradecidos con la vida que nos tocó vivir. Ayudar a los demás nos dará fortaleza y un sentimiento  tan gratificante que nos dejará sonriendo todo el día.


8. Prueba todo y no te arrepientas de nada
“Dentro de 20 años estarás más decepcionado por lo que no hiciste que por lo que hiciste. Así que suelta las amarras, navega lejos de los puertos seguros, atrapa los vientos alisios en tus velas. Explora, sueña, descubre…”
Siempre es más fácil postergar las cosas que queremos hacer, ya sea por miedo, por falta de tiempo, o porque nos excusamos bajo la respuesta ''es que no es el momento adecuado", sin pensar que el tiempo de actuar es ahora y no mañana. A medida que pasa el tiempo, las oportunidades se vuelven cada vez más escasas, y las cosas de las que terminamos arrepentiéndonos son aquellas que nunca hicimos. 

Debemos entender que el fracaso es parte de la vida, y que nunca debemos dejar pasar una oportunidad por miedo a fracasar. La próxima vez que quieras hacer algo... hazlo, es mejor intentar antes que quedarse toda la vida con la duda de lo que hubiese pasado.



La Enfermedad viene de ti mismo y no te das cuenta




Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y sentimos. Nuestras células están constantemente observando nuestros pensamientos y siendo modificadas por ellos. Un ataque de depresión puede arrasar nuestro sistema inmunológico; serenarse, al contrario, puede fortificarlo tremendamente. La alegría y la actividad armoniosa nos mantienen saludables y prolongan la vida. El recuerdo de una situación negativa o triste, libera las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que el estrés. Sus células están constantemente procesando todas sus experiencias y metabolizandolas de acuerdo con sus puntos de vista personales.

No se puede simplemente captar datos aislados y confirmarlos con un juzgamiento. Usted se transforma en la interpretación cuando la internaliza. Quien está deprimido proyecta tristeza por todas partes del cuerpo. La producción de neurotransmisores a partir del cerebro se altera, el nivel de hormonas varía, el ciclo del sueño es interrumpido, los receptores neuropeptídicos en la superficie externa de las células de la piel se modifican, las plaquetas sanguíneas se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta sus lágrimas contienen trazos químicos diferentes al de las lágrimas de alegría.

Todo este perfil bioquímico será drásticamente modificado cuando la persona se sienta tranquila. Estos hechos confirman la gran necesidad de usar nuestra consciencia para crear los cuerpos que realmente necesitamos. El proceso de envejecimiento puede ser neutralizado cada día. Shakespeare no estaba siendo metafórico cuando a través de su personaje Próspero dijo: “Nosotros somos hechos de la misma materia que los sueños”

¿Usted quiere saber cómo está su cuerpo hoy? Entonces recuerde lo que pensó y sintió ayer. ¿Quiere saber cómo estará su cuerpo mañana? ¡Observe sus pensamientos y emociones hoy!

Recuerde que al abrir su corazón y su mente evitará que algún cirujano lo haga por usted. La medicina está en ti y tú no la usas. La enfermedad viene de ti mismo y no te das cuenta. (Hansrat Ali)


fuente del texto/ivanjimenezmanimez.blogspot.com

martes, 12 de enero de 2016

¿Sabes como se instalan los conflictos emocionales en el cuerpo?


La mente y el cuerpo están íntimamente relacionados, es algo que la medicina alternativa y las tradiciones milenarias de todo el mundo lo sabe desde siempre. Pero incluso la medicina ortodoxa, sabe que una úlcera de estómago puede ser producida por estrés, se te puede caer el cabello por la misma razón, etc. Pero no terminan de creer que una diabetes se instala en el cuerpo siguiendo los mismos mecanismos que la úlcera, o un cáncer, o una psoriasis, o un dolor de cabeza.

El que unas pocas cosas si se puedan somatizar y todas las demás no, es el resultado del control que tiene la industria farmacéutica sobre las universidades de medicina, sobre las investigaciones y sobre los profesionales de la salud. No hay que olvidar que una de las industrias más lucrativas del mundo es la farmacéutica. Si la “Nueva Visión” (se conoce hace miles de años en algunas culturas) de las enfermedades se extendiese totalmente, habría que buscar nuevas vías de tratamiento: la psicología y todas aquellas terapias que son afines a ésta, con el consiguiente resultado nefasto para las arcas de las multinacionales farmacéuticas.

Hay que encontrar los conflictos emocionales y resolverlos para que la enfermedad deje de existir espontáneamente al perder su sentido biológico (que lo tiene Siempre).

Por ejemplo; muchos padres y madres con hijos adolescentes han experimentado alguna vez de algún modo:

Son las 4 de la madrugada y tu hijo te ha dicho que regresaría a las 2. Su celular está fuera de servicio y llevas un buen rato preocupado mirando desde la ventana a ver si aparece. De repente se oye el estruendo de un accidente de coche en la calle de al lado (la cual no se ve desde tu ventana), y empieza el trasiego de sirenas de policía y ambulancias. En un momento y debido al miedo de que pudiera ser tu hijo, la fisiología de tu cuerpo se vuelve loca; adrenalina al tope, frecuencia cardíaca y respiratoria por las nubes,etc..
Si a los pocos minutos aparece tu hijo perfectamente, todo habrá quedado en un gran susto del que tu cuerpo tendrá que reponerse (en función de tu sensibilidad), pero si aparece a las 8 de la mañana y está perfectamente, el daño en tu cuerpo será mayor. Y si has tenido la desgracia de que en ese accidente estaba tu hijo, entonces el shock ya es brutal.

Pero el tema no es la estrecha relación Cuerpo-Mente, sino los mecanismos por los cuales los conflictos se instalan en el cuerpo. Y aquí hay que empezar a hablar de qué es un ser humano.

El ser humano es una computadora biológica

Se puede considerar al ser humano como una computadora (porque funcionamos con programas) biológica (porque tenemos un cuerpo biológico). Esta computadora biológica utiliza los 5 sentidos para desenvolverse en nuestra realidad e interactuar con ella.

Tenemos la vista, por ejemplo, que recoge apenas un 0,05% de todo el espectro electromagnético. El tacto, por otra parte nos da una idea que realmente es una fantasía: no existe la materia sólida tal y como la imaginamos. Todo en el universo son campos de fuerza que interactúan, nada se toca con nada Nunca, básicamente porque no existe eso que llamamos materia como tal (todo está compuesto de espacio vacío). Y así con todos los sentidos…

Lo que realmente ocurre es que nuestros sentidos recogen unas señales electroquímicas y electromagnéticas, las llevan por el sistema nervioso al cerebro, y allí hacemos una Interpretación de dichas señales y nos montamos una película concreta.
Hay estudios psicológicos que demuestran que, de la información que recogen nuestros sentidos, añadimos y quitamos cosas para que puedan encajar con nuestras Creencias (programas).

Por ejemplo, si alguien nos cae mal y nos dice algo, aunque sea algo totalmente correcto o neutro, cogemos esa información y la pasamos por nuestros filtros (prejuicios) e interpretamos algo totalmente diferente del mensaje inicial, algo que nos reafirma en nuestras creencias sobre esa persona. Y así vamos por la vida, ajustando toda la información que recibimos en base a nuestras creencias (programas) en el fondo inconsciente.

Intentemos describir que es un ser humano atendiendo a sus estructuras, desde las más densas hasta las más sutiles:

Cuerpo Físico.

Es la parte más densa del ser humano; lo que conocemos como cuerpo material. Aquí están los huesos, músculos, vísceras, glándulas endocrinas, sistema nervioso, sistema circulatorio, ligamentos, cabello, etc.

Cuerpo Energético.

Es una parte del ser humano mucho menos densa que la parte material. Es un entramado de circuitos (meridianos de acupuntura, nadis) por el que circula la energía que se conoce como chi, ki, prana, etc. Según las culturas. Esta energía es la que da vitalidad a su contraparte material y además mantiene unida la materia al hacer de molde de ésta.

El cuerpo energético sobresale unos pocos centímetros del cuerpo físico y lo interpenetra de manera que toda parte orgánica material tiene una contraparte energética que lo anima y lo conforma, ocupando el mismo espacio.

Si a una persona le quitan la vesícula biliar por problemas de salud a nivel digestivo, su contraparte energética podría seguir activa de manera que podría empezar a padecer los típicos dolores de cabeza por una mal función energética de ese órgano que energéticamente aún permanece en el cuerpo. Algo parecido a cuando seguimos sintiendo el dolor de una extremidad amputada, fenómeno conocido como dolor del miembro fantasma.

Cuerpo Emocional.

Es un cuerpo más sutil (menos denso) que el cuerpo energético. Espacialmente hablando, se extiende mucho más allá del cuerpo energético y ya no tiene un contorno fiel al cuerpo físico, sino que es ovoide. Al igual que el cuerpo energético, también interpenetra a los 2 anteriores llegando hasta la última célula del cuerpo físico. En este cuerpo se gestiona la energía emocional.

Cuerpo Mental.

Es un cuerpo todavía más sutil que el cuerpo emocional. Se extiende más allá del límite del cuerpo emocional y su forma es también ovoide. Al igual que los anteriores, también interpenetra a los demás cuerpos. Este cuerpo gestiona la energía mental: ideas, pensamientos, creencias, etc.

Cuerpo Espiritual.

Este cuerpo es un conglomerado de varios otros cuerpos cada vez más sutiles y más expandidos (hasta el infinito), que por resumir y por la dificultad de la mente humana para conceptuarlos, lo llamamos cuerpo espiritual. Digo infinito porque llegaría hasta un punto en el que todas las cosas de la creación serían una misma cosa. Las energías que se gestionan en este cuerpo, son las más sutiles que puede haber.

En resumen un ser humano, al igual que todas las demás cosas que existen, en su parte más sutil forma parte estructural de un Campo totipotencial no manifestado. En la medida que pasa de la no manifestación a la manifestación, se empieza a desplegar una infinita gama de energías cada vez más densas, hasta llegar al cuerpo físico que todos conocemos.
El conjunto de todos estos cuerpos sutiles (radiación electromagnética de diferentes grados frecuenciales) que envuelven al cuerpo físico es lo que conocemos como Aura. Incluso en laboratorio se puede comprobar la existencia de campos electromagnéticos que rodean al cuerpo físico a 3 metros de distancia como es el caso del campo electromagnético cardíaco.

Todos estos diferentes cuerpos se intercomunican entre sí, los cuales producen Centros Energéticos (hay 7 principales situados en la columna vertebral y muchos más secundarios y menores) donde confluyen las diversas energías que nos conforman, y acaban comandando las glándulas más importantes del cuerpo físico y los plexos nerviosos cercanos.


De esta manera, un pensamiento de traición puede alterar la fisiología de una manera muy precisa cambiando instantáneamente a través de alguna glándula la bioquímica del cuerpo. Una emoción como el miedo puede provocar otro tipo de respuesta fisiológica muy precisa y diferente a la anterior, etc.
Además hay otros elementos como los nadis y los meridianos de acupuntura que conducen ciertos tipos de energías (las más densas) necesarias para el funcionamiento correcto de la células. También se sabe que en el cuerpo humano hay sustancias que actúan como semiconductores y superconductores, de manera que todo el cuerpo está a tiempo real “informado” de todo lo que pasa en cualquier punto del mismo.

De la misma manera que los diferentes virus y bacterias que tenemos en el cuerpo (cuando todo está en equilibrio) se ubican por resonancia en sitios muy precisos y no en otros, los conflictos que tenemos a nivel mental y emocional, que afectan al cuerpo físico de una forma superselectiva atendiendo al tipo de conflicto que se tiene. Además Siempre atendiendo a una lógica de adaptación y evolución: el sentido biológico.

Básicamente se trata de que un conflicto que a nivel mental o emocional no lo podemos gestionar adecuadamente y para nosotros es un problema importante, nuestra biología activa programas inconscientes como solución biológica a aquello que está en la mente o en el cuerpo emocional.

Por ejemplo, tenemos 50 años y nos despiden de la empresa. Si dada nuestra configuración (es totalmente subjetivo e inconsciente) nos obsesiona la idea de cómo voy a mantener a mi familia y a mí mismo, el cuerpo, como solución biológica podría hacer crecer las células del hígado y de esa manera tener la capacidad de aprovechar mejor los alimentos que tomemos.

A más células hepáticas, mas producción de bilis y de otras sustancias imprescindibles para hacer la digestión. Asi, en caso de carencia, el cuerpo ya está preparado para aprovechar al máximo los pocos alimentos de los que dispongamos. Este tipo de conflicto mental (energía mental), va interactuando a través (relacionado con el funcionamiento del páncreas, bazo, Higado, estómago, vesícula biliar,…) de las energías más densas hasta afectar a la circulación energética más densa y alterar la correcta función de las glándulas asociadas.

Si el nivel del conflicto es pequeño, la respuesta del organismo es menor, y si el nivel de estrés es terriblemente intenso en nosotros, podríamos llegar a generar un cáncer hepático muy agresivo. O sea, ante un mismo conflicto, según el nivel conflictual, el cuerpo responde con diferentes grados de solución biológica.

Por ejemplo: Tengo un marido con el que conscientemente quiero tener hijos, pero que inconscientemente no (porque vengo configurada con unos programas familiares inconscientes heredados que me lo impiden). Mi cuerpo, podría solucionar esa fricción entre el consciente y el inconsciente (El inconsciente siempre gana) generando un mioma. De esa manera, el útero que ya está ocupado por el mioma, no permite que se den las circunstancias fisiológicas que favorezcan la fecundación y la gestación.

Realmente, todo aquello a lo que llamamos enfermedad, es una solución que toma el cuerpo físico ante algo que sucede en nuestro inconsciente. De manera que cuando nos sucede algo en el cuerpo, mientras tomamos otro tipo de medidas paliativas, deberíamos preguntarnos Para qué mi cuerpo ha tomado esa resolución. Quizás así podríamos llegar al origen de lo que nos pasa y ponerle solución.

fuetne/consejosdelconejo.com

jueves, 4 de junio de 2015

Entrevista al Dr. Juan Gérvas: “Millones de personas se creen enfermas sin estarlo en realidad”

Juan gervas


Los médicos Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández denuncian en ‘La expropiación de la salud’ que la sanidad se ha “mercantilizado” y que sus profesionales hacen creer a los pacientes que todo se arregla con fármacos.

Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández son médicos de cabecera y defensores de un sistema sanitario “científico, humano y con límites”. En su último libro, La expropiación de la salud (Los libros del lince), este matrimonio denuncia que los ciudadanos, sanos o enfermos, ya no mandamos sobre nuestro cuerpo ni sobre nuestra vida porque la medicina actual, que tachan de “arrogante” y “omnipotente”, nos ha arrebatado el derecho a la salud, al dolor, al envejecimiento y a la muerte.

Perteneciente al equipo CESCA, asociación sin ánimo de lucro de investigación en atención primaria, Gérvas afirma que medicar la hiperactividad de los niños o recetar antidepresivos ante el mínimo signo de tristeza nos condena a una “dependencia médica” basada en el miedo en la que enseguida pensamos, casi siempre erróneamente, que estamos enfermos.

En su biografía se define como practicante de una medicina con límites, científica y humana. ¿Qué quiere decir eso?

Defendemos una medicina que sea prudente en la cual, por un lado, se responde con cortesía, amabilidad y ternura al sufrimiento del paciente. Por otro lado, defendemos que se emplee sólo lo mejor de la ciencia puesto que la mayor parte de los trabajos científicos son falsos, como apuntó John P. A. Ioannidis, doctor de la Universidad de Standford. Los médicos podemos ofrecer pocas cosas que verdaderamente tengan fundamento científico. Por último, hablamos de una ciencia humana en el sentido de conmoverse, porque los médicos no podemos ser indiferentes al sufrimiento del paciente y de la sociedad en ultimo término.

¿Por qué no se practica este tipo de medicina?

Porque la hemos sustituido por una medicina mercantilizada. Por un lado, creemos que la ciencia es rigurosa y omnipotente, que no tiene límites, que los médicos podemos prometer la curación de casi cualquier cosa. Pero es que al paciente no se le puede dar todo lo quiere, porque lo que quiere es ser feliz y eso no entra por la Seguridad Social ni por lo privado. Por otro lado, esa medicina poco científica es, además, muy poco humana en el sentido de que, por ejemplo, los médicos no te reciben en la consulta de pie, en la puerta, estrechándote la mano. El mejor ejemplo son esas batas que te dan en los hospitales, que se abren por detrás. Ese es un signo de que no estamos ante una medicina humana. Una medicina humana cuidaría también eso. No pasa nada. Si usted se está muriendo, le da igual que le vean el culo, pero sí pasa. Se debe conservar la dignidad incluso cuando se está enfermo.
“Tiene mucho mayor poder predictivo el paciente sobre su propia salud que el médico”
Dicen en el libro que los médicos nos han expropiado la salud porque ellos deciden si estamos enfermos o sanos. Algunos dirán que son profesionales y que, en este campo, sabrán más que nosotros, ¿no?

Quien diga eso está absolutamente expropiado de su salud porque hay cosas que no pueden definir los médicos. Por ejemplo, la felicidad. Un médico no puede decidir cuando usted es feliz. Es un bien personal, igual que la salud. Usted es el que define que se siente sano. Los hechos lo demuestran. Si el paciente dice que se encuentra sano, tiene muchísimas menos probabilidades de morir que si el médico dice que el paciente está enfermo. Tiene mucho mayor poder predictivo el paciente sobre su propia salud que el médico. Por el contrario, como el paciente diga que esta muy enfermo, el paciente estará muy enfermo aunque el médico lo examine y diga que no tiene nada. Hay cosas que la medicina no puede definir porque tiene que tener límites, de manera que es el propio paciente el que define si está sano o no.

Pero puede haber personas que tengan la percepción de estar sanas y que, en realidad, están enfermas.
Sí, alguna persona puede sentirse sana y estar verdaderamente enferma. Lamentablemente, eso es muy infrecuente; lo que es muy frecuente es lo contrario. Millones de personas se creen enfermas sin estarlo.

Uno de los excesos de esta “medicina sin límites” de la que hablan en el libro es la sobremedicación. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí y qué riesgos implica?

La medicina produce fascinación. Y, en parte es lógico, porque los médicos son una especie de semidioses que hacen pequeños milagros. Pero hemos explotado al máximo estos pequeños milagros y hemos llegado a creer que son omnipotentes. Hemos permitido que muchísimas situaciones que no son enfermedad se traten con medicamentos. Por ejemplo, si usted medica a un esquizofrénico con antipsicóticos continuadamente durante toda su vida, ese paciente evolucionará mucho peor que si lo medica ocasionalmente, cuando lo requiera. Otro ejemplo lo tenemos en los niños hiperactivos, a los que medicamos porque transformamos un problema social, que es el problema del fracaso de la escuela, en un problema individual del niño. Alguno entre mil requerirá verdaderamente la medicación, pero el resto, no. Y, sin embargo, los intoxicamos a todos.

la expropiacion de la salud¿Somos culpables entonces de haber dado tanto poder a los médicos?
La población, en general, tiene expectativas excesivas, espera demasiado de los médicos. En parte, son innatas. El ser humano tiene miedo a la muerte porque no termina de entenderla. Y la mayoría de humanos prefiere seguir siendo joven porque ve la vejez como una decrepitud. Por otra parte, hemos perdido otras esperanzas. Durante muchos siglos y milenios, la mitología y la religión han rellenado unos huecos en la mayoría de la población, sobre todo relacionados con la esperanza después de la muerte, que alguien tenía que heredar.

El hecho de no aceptar el dolor, la enfermedad y la muerte nos condena a la dependencia médica, dice en el libro. ¿El problema es que no nos conocemos lo suficiente?

Nos conocemos muy poco a nosotros mismos. Pero el mayor problema es que no estamos dispuestos a admitir las adversidades. No estamos preparados para entender que no son adversidades de la vida, sino que es la vida. La vida es una mezcla de momentos felices, de disgustos, de adversidades, de momentos de gloria, de hundimiento. No podemos tener un ánimo constante. Por un lado, nos desconocemos, pero sobre todo, por otro lado, no nos admitimos. Ni a nosotros ni a la sociedad. Por eso, llega la muerte y nos asombramos. No podemos pensar en ella a diario, pero no podemos negar la muerte, ni la enfermedad ni el dolor. En último término, el ser humano está preparado para todo ello. En el fondo, esta medicina arrogante nos va quitando esas capacidades que hemos desarrollado a lo largo de la evolución humana.

“La población, en general, tiene expectativas excesivas, espera demasiado de los médicos”

¿Qué es la biopolítica?
Es aquella política que emplea el cuerpo humano como forma de control, básicamente a través de la introducción de miedos. Antes actuaba de esa forma la religión, con el miedo al infierno y a la muerte. Ahora, se emplea con el miedo a la enfermedad, al dolor y a la muerte en el sentido del control del cuerpo. La medicina reduce todo a cultivar el cuerpo, olvidando la mente, la cultura, el arte, la amistad, la familia… La gente empieza a vivir en el cuerpo a cuerpo, metida en los gimnasios, y con una gran preocupación por la salud y la forma física.

Aseguran en el libro que las mujeres son el objeto favorito de esta biopolítica y, por tanto, de la medicalización. ¿Por qué?

En primer lugar, porque la mujer es agente de salud. Es la que cuida a la hijo, al padre, al vecino. El segundo componente es que ha sido mucho más importante para la supervivencia de la tribu la salud y la conservación de la mujer que la del hombre. El hombre podía desaparecer en una cacería, pero una mujer, no, porque sin ellas, la tribu no sobrevivía. La mujer está biológicamente preparada para tener mucho más cuidado de sí misma, de su cuerpo y de la gente que le rodea. Por eso es el objetivo preponderante de la expropiación de la salud.

“El mayor problema es que no estamos dispuestos a admitir las adversidades”

Advierte de que se está perdiendo la medicina bien hecha, “con calidad y calidez”. ¿Qué papel han jugado los recortes en esta situación?

Los recortes están agudizando este escenario porque han sido recortes con motosierra. Indudablemente, hay menos personal, menos dinero, más interinos, más precariedad… La calidad y la calidez, la medicina científica y humana está alejándose cada vez más de la práctica diaria.

¿Qué soluciones plantea?

En primer lugar, los pacientes no pueden aspirar a cosas que no pueden aspirar. En segundo lugar, los profesionales sanitarios tienen que empezar a recordar el principio que les guía: sus actividades no pueden producir más daños que beneficios. Y eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de recetar. Y por último, los científicos y los académicos tienen que empezar a tener otra ética, sobre todo, después de un informe de revista Clinical Evidence, del British Medical Journal, que dice que sólo el 11% de los estudios científicos tiene fundamento porque producen más beneficios que daños.

Fuente: Publico.es