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lunes, 24 de julio de 2017

Fue el legendario rey Salomón un faraón egipcio?

Cuenta la Biblia que el rey Salomón fue un rey judío, que además de ser justo, llevó a su pueblo la prosperidad, quizás por unas legendarias minas de oro que le hicieron nadar en la abundancia. Ahora, un experto británico asegura que las legendarias fuentes de la riqueza de este monarca jamás existieron. Y, por si fuera poco, también sugiere que Salomón ni siquiera fue propiamente rey de Israel, sino que en realidad fue un faraón egipcio cuya historia fue «malinterpretada» en los textos bíblicos.


¿Es este el verdadero rostro de Salomón?
¿Es este el verdadero rostro de Salomón?

Tras una investigación que demandó muchos años, el historiador británico Ralph Ellis ha presentado un libro intitulado «Salomón, faraón de Egipto», donde expone que las historias sobre las riquezas del rey Salomón son una «burda malinterpretación» de textos históricos. «De acuerdo a la Biblia, el rey Salomón fue impresionantemente rico, empero, generaciones sucesivas de teólogos y arqueólogos han barrido Tierra Santa en busca de su capital, palacio, templo y riqueza sin éxito alguno», dice Ellis. «Llega un punto donde quedan solo dos posibilidades: aceptar que el relato bíblico es pura ficción o darse cuenta que has estado buscando en el lugar equivocado cosas equivocadas».

El relato bíblico explica que «el peso del oro que vino al rey Salomón en un año ascendió a seiscientos sesenta y seis talentos —unas 22 toneladas— de oro». (1 Reyes 9:14,28; 10:10,14).

«Mi investigación sugiere que detrás de todo hay una historia verdadera, pero ha sido groseramente modificada y oscurecida por los escribas bíblicos», agrega el autor. «De hecho, una próspera y poderosa dinastía israelita realmente existió, pero no fue integrada solo por reyes israelitas ni su ciudad capital fue Jerusalén».

El faraón bereber

Según revela Ellis en su libro, cuando hablamos de Salomón en realidad nos referimos a Sheshonq I, un temido y poderoso faraón de origen bereber que fundó la dinastía XXII de Egipto a finales del siglo 10 a.C. y cuyo reino se extendía más allá del actual Israel.

«Existen paralelismos muy convincentes entre David y Salomón y Psusenes y Shoshenq, incluso los ancestros y miembros de las familias de estas “dos” dinastías reales parecen ser exactamente los mismos», explica Ellis. «Una vez que aceptamos que estos reyes “israelitas” fueron en realidad faraones del Bajo Egipto, entonces todas las inconsistencias de los relatos bíblicos son fácilmente explicables».

«Tanto por razones políticas como culturales, este no es el tipo de revelación que los arqueólogos hebreos quisieran oír», sentencia el historiador, quien cree que los faraones eran considerados «desagradables e inaceptables» para ciertos autores bíblicos que, con el fin de solventarlo, alteraron la historia a su antojo y fabricaron un héroe «puramente israelí».

Sheshonq sometiendo a los pueblos enemigos, representado en el templo de Amón en Karnak.
Sheshonq sometiendo a los pueblos enemigos, representado en el templo de Amón en Karnak.


De ser esta teoría cierta, entonces los tesoros del rey Salomón pueden ser encontrados fácilmente en el Museo Egipcio de El Cairo, donde un montón de valiosos artefactos de esa era están en exhibición.


fuente/MysteryPlanet.com.ar

viernes, 28 de octubre de 2016

Los primeros Faraones Extraterrestres.



Manetón Nació en Sebennito (actual Samannud, en el Delta del Nilo) y fue sumo sacerdote de Ra en Heliópolis. Vivió durante el reinado de los dos primeros faraones de la Dinastía Lágida, que son Ptolomeo I Sóter (305-283 a.C.) y Ptolomeo II Filadelfo (283-246 a.C.). Compuso la Aigyptiaká (Historia de Egipto), en la que organizó la cronología de su larga historia en forma de dinastías desde los tiempos míticos hasta la conquista de Alejandro Magno.

Manetón escribió “La Historia de Egipto” en tres volúmenes o tomos, que en realidad ya no existen, pero nos han llegado fragmentos recogidos por distintos autores. Por un lado, las citas de Flabio Josefo (siglo I d. C.) y por otro, los escritos de los llamados “padres” (autores relacionados con la Iglesia), como Julio Africano (siglo III d. C.), Eusebio de Cesárea (siglo IV d. C.) y Sincelo, conocido como Jorge el Monje (siglo IX d. C.).

Como sumo sacerdote que era, Manetón tenía acceso a los archivos reales depositados en templos y palacios, así que es de suponer que las fuentes que utilizó fueron documentos de la misma tipología que el Canon Real de Turín, la Piedra de Palermo y las listas reales de los muros de los templos. Dinastía a dinastía, Manetón nos da una versión del nombre de cada rey, los años de duración de su reinado, y a menudo también aporta datos sobre el reinado o la personalidad del monarca.

Como hemos mencionado anteriormente, no nos ha llegado nada de la historia de Egipto directamente de Manetón, sino de numerosos autores que utilizaron su obra con diversos fines. Las cronologías que detalló Manetón encajan perfectamente con el Papiro de Turín y la Piedra de Palermo. Se recoge en la Crónica de Malalas, en torno al 500 d. C., en el que se explica que “el primer Rey de Egipto pertenecía a la tribu de Cam, el hijo de Noé, llamado también Naracó, pero anteriormente a este existieron otros antiguos reinos de Egipto, ya señalados por el sapientísimo Manetón”.

Detalle del papiro que contiene la lista de regentes egipcios
              Detalle del papiro que contiene la lista de regentes egipcios


Según recoge Eusebio de Cesárea , una dinastía de dioses reinó en Egipto durante 13.900 años: el primer dios fue Vulcano, el dios descubridor del fuego, después el Sol, Sosis, Saturno, Isis y Osiris, Tifón hermano de Osiris y Horus hijo de Isis y Osiris. A estos siguieron dinastías de Semidioses, héroes que reinaron durante 11.025 años, lo que hace un total de 24.925 años.

A partir de ese tiempo, aproximadamente sobre el 3.000 a. C., reinaría el primer faraón humano. Parece que oficialmente es Menes el primer Faraón hombre, también identificado como Narmer, pero seguramente hubo algunos otros anteriores. De hecho se sabe que anteriormente a Menes reinaron otros monarcas como el Faraón Escorpión y el Faraón Ka.Según transmite Sincelo (Jorge el Monje), seis dinastías de dioses reinaron durante 11.985 años. De nuevo, Hefesto, dios del fuego, Helios o Sol, Agatodemon, Cronos o Saturno, Isis y Osiris y Tifón hermano de Osiris.

Los primeros nueve semidioses que cita Sincelo son Horus (hijo de Isis y Osiris), Ares, Anubis, Heracles, Apolo, Amón, Titoes, Sosus y Zeus, abarcando entre estos nueve semidioses un periodo de unos 2.645 años aproximadamente de reinado en Egipto.

A continuación, siguen sucediéndose dinastías de semidioses, espíritus o héroes, abarcando entre todos ellos miles de años de reinados en Egipto, en unas cifras similares a las que establece Eusebio. Y todo esto, antes de que empezara a reinar en Egipto el primer faraón según la Historia oficial.

En cuanto al aspecto físico de los seres referidos en las antiguas cronologías, según refieren los escritos, se sabe que eran descendientes de los dioses; eran físicamente mucho más altos, voluminosos y fuertes que los seres humanos, por eso se les llamaba también a menudo como “Gigantes”. A este respecto se han encontrado multitud de momias y esqueletos de individuos, repartidos por toda la Tierra, que vivieron en la antigüedad, que superaban los dos metros e incluso llegando a los tres metros de altura. Generalmente solían tener el pelo rubio y ojos claros. Por ejemplo, a través de las distintas fuentes de Manetón se habla del monarca Sesocris, de quien se dice que su estatura era de 5 codos y 3 palmos (unos tres metros).

Seres transformados como híbridos, mitad animales mitad humanos, imágenes representadas constantemente en la antigüedad, consideradas hoy en día como mitología,, pero que sin embargo para los antiguos era una religión muy real. Los dioses, seres reales que posiblemente eran ángeles caídos o demonios, aquellos que se rebelaron en el Cielo y que según la Biblia, descendieron a habitar en la Tierra, podían materializarse y desmaterializarse a voluntad y adoptar cualquier aspecto físico, por ejemplo, un híbrido de animal con humano…

Diodoro de Sicilia, un famoso historiador griego del siglo I a. C., que empleó 30 años en escribir una Historia Universal, para lo cual visitó todos los lugares y monumentos que mencionó, no dudó en escribir que los primeros monarcas del país del Nilo reinaban desde hacía 23.000 años. Otra vez asomaban dioses y semidioses en la cronología de Egipto, en un tiempo en el que todavía no reinaban los seres humanos…

fuente/veritasboss.com